Mucho se ha debatido, escrito e incluso legislado sobre la paridad y equidad de género, es decir, entendida esta como una participación equilibrada de hombres y mujeres en las posiciones de poder y toma de decisiones en las diferentes esferas de la vida; como lo es: la política, económica y la social principalmente.
Se tienen sustanciales avances, particularmente en el ámbito político, ahí tenemos la existencia del Instituto Nacional de Mujeres (Inmujeres), el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF); organismos garantes del tema de la paridad en nuestro país, y que, constituidos juntos de acuerdo a nuestras leyes, son instituciones en calidad de Observatorios de Participación Política de las Mujeres en México, los sus siglas «OPPMM».
Hasta ahí todo bien, aunque la realidad sea otra.
Por decreto de ley a partir de la reforma de 2014 (que estableció el principio de paridad) y otras más recientes que exigen dichos equilibrios entre uno y otro género, las mujeres en la práctica siguen perdiendo.
Explicado de otra manera, por ley podrá haber igual número de contendientes hombres y mujeres en el arqueo general en una elección, pero el resultado final –decisión del electorado–, es abrumadoramente desproporcional y resultan ser débiles. Con las consabidas excepciones.
Aunque el análisis del presente artículo es aplicable para la participación y representatividad que ha tenido la mujer en todos los niveles desde la presidencia de México, estados, distritos locales, federales y municipios; aterrizaremos el ensayo en los avances que para el tema ha desarrollado Salvador Alvarado. En donde por cierto, la historia registra que apenas en una sola ocasión se ha logrado romper la inercia de mandatarios varones.
Empezaremos por el partido del gobierno en turno -el PRI-, que aunque haya un catálogo amplio de mujeres que reúnen el perfil sobre todo en cuanto a desempeño, trayectoria e intelectualidad, como es por todos sabido, éste partido ha sufrido –de siempre– una especie de secuestro por pequeños grupos (de ricos) que les guste o no, toman las decisiones de manera impositiva y cupular, siempre.
Tan es así, que pretenden una vez más imponer de nuevo a quien ya hizo historia como la primera mujer en gobernar el municipio, que pese a su novatez no lo hizo mal, su desempeño representó una inversión histórica para el municipio y beneficios en distintos rubros para los alvaradenses por la linealidad con el grupo político de la Federación. Nos referiremos a Liliana Cárdenas Valenzuela, actual subsecretaria de vinculación social de la SEPyC.
Si lo creen, bueno, si no, como dijo el #goyo310, díganme dónde se los firmo y luego lo vemos. Por lo pronto seguirán esperando por enésima ocasión, o en su defecto las conforman con algo, nombres como: María Lourdes López Leyva, María García Sandoval, Isaura Ruelas Reyes, Zaida Elena Román, Roxana Acosta Montes, Julia Basilisa León Jacobo, Macaria Osuna, Wenda Verdugo, entre muchas otras de militancia y méritos sobrados.
Por otro lado, quienes representan la verdadera amenaza de la tradición en Guamúchil, es sin duda Morena, en cuanto a féminas vienen pisando fuerte demostrando oficio y gran empatía con los futuros electores del 2021; Luz Edith Márquez Camacho, profesora y supervisora escolar de zona. La regidora Laura Patricia Dautt Reyes, con un notable desempeño para el género en el cuerpo edilicio, la también profesora Paulina Saiz, coordinadora de Morena local, la mentora jubilada Rosa Armida Sayas, Patricia López Aguilar, delegada regional de Programas Sociales del Gobierno Federal, entre otras, que de seguro jugarán un papel no sólo fundamental, sino protagónico en las elecciones.
Por el PAS, anoten a su presidenta de Comité; Iliana Karina Moraga, a la maestra Judith Fuentes Márquez ex candidata a diputada local y a la Q.F.B Gabriela Galindo Galindo.
Mención aparte merece, quien no dudamos en decir que sería un excelente cuadro político de perfil garantizado y que haría buen papel como candidata, ya sea a presidenta o diputada, nos referimos a la empresaria y actual directora del CECyTE Hilda Rosario Báez Sañudo, ¿pero por dónde?, ni su “jefe” Gerardo Vargas se le ve ubicado en ningún lugar. Pudiera ser por el PT, talvez pudiera ser. ¡Sabe!
En los casi extintos partidos PRD y PAN en lo local, solo se nos viene a la mente la regidora; Luz Zita Vizcarra Burvoa por el partido del sol azteca y Bertha Elena Calderón, actual presidenta del albiazul por el PAN, quienes sin poder apostar que su papel sea protagónico, sí deberán ser consideradas.
Así más o menos se configuran los escenarios por el lado de las mujeres en nuestra aldea. Pero para poder imaginar un Salvador Alvarado de color rosa con fuerte aroma a mujer, se necesitaría legislar para que en tales o cuales Municipios, –de facto– todos los partidos vayan con mujer y no se hagan los aqueos con el total de municipios para cumplir la cuota. Cosa que se antoja muy, pero muy difícil…
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