La necesidad de poder conservar por más tiempo la fruta recién cortada ha llevado a que constantemente se busque procesos que, aplicados después de la cosecha, alarguen la vida del producto.
La aplicación en cítricos de ceras y recubrimientos naturales, como el quitosano, permiten prolongar su vida útil postcosecha, aunque los recubrimientos inducen cambios en los compuestos nutricionales del fruto. Debido a esto diversos estudios han evaluado diferentes recubrimientos para identificar si afectan la fisiología o la calidad principalmente de las naranjas.
El quitosano (polímero de β-1, 4-glucosamina) es un componente de la pared celular de los crustáceos; forma películas impermeables a gases y ha recibido atención en los últimos años por su potencial como recubrimiento comestible. Al aplicarse como recubrimiento disminuye la pérdida de peso y mejora la calidad de frutos y hortalizas. En específico, su aplicación en cítricos ha mostrado resultados positivos en cuanto a pérdida de peso y firmeza, de igual manera el quitosano y sus derivados han presentado un efecto antifúngico (contra hongos) en fresa y mango.
A los cítricos se les atribuyen propiedades beneficiosas, asociadas sobre todo a su alto contenido de vitamina C (40 a 60mg por cada 100mL), y otros compuestos funcionales como flavonoides.
A pesar de que México es de los principales productores de ciertos cítricos como el limón, España es el primer exportador de naranja para consumo fresco a nivel mundial, y en estos casos este tipo de recubrimientos son igualmente importantes para preservar las propiedades del fruto hasta que lleguen a su destino.
Dado que varios factores pueden modificar la calidad de un fruto recubierto, es necesario establecer el efecto global del quitosano en la calidad de cítricos, especialmente en variables tradicionalmente no estudiadas, como las propiedades sensoriales y nutricionales.
En las naranjas se usa tradicionalmente la cera comercial, aunque recientemente se ha incrementado el interés por otras opciones, como el quitosano, película que además es comestible y se presume que conserva mejor las propiedades del fruto que la cera.
El recubrimiento de quitosano no es muy bueno para prevenir la pérdida de peso, en comparación con la cera comercial, ya que es permeable a los gases. Debido a esta permeabilidad se da mejor el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono en el fruto (por la respiración de este), sin que altere la cantidad de ambos compuestos en el fruto recubierto, en comparación con uno sin recubrimiento.
Estos estudios han demostrado que tanto los recubrimientos de cera comercial como los de quitosano no afectaron la calidad sensorial de las naranjas, así como tampoco alteran la calidad nutricional ni la cantidad de compuestos bioactivos.
Referencia:
Contreras, A.; Pérez, M.; Salvador, A.; Bermejo, A. & Rojas, C. (2012). Calidad fisicoquímica, sensorial y nutricional de naranjas CV. Valencia recubiertas con quitosano. Agrociencia, 46(5): 441-453.
fuente: agriculturers.com
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