Muy mal se está dejando ver el dirigente nacional del PRI, Alejandro ‘Alito’ Moreno Cárdenas al hacer triunfalismos extremos con los dividendos localistas obtenidos este domingo en los estados de Coahuila e Hidalgo; «su actitud eufórica» pudiera estar motivando espejismos y festinando la peor garrotiza que recibirá el PRI en toda su historia en el 2021.
Tan pronto, como se supo el resultado de las elecciones llevadas a cabo en estos dos estados; empezaron a llegar las cuentas alegres y en números enteros. Comicios que darán paso a la renovación de 25 diputaciones del Congreso local (16 de mayoría, «arrasó el PRI; 16 de 16») y para elegir 84 titulares de los ayuntamientos del central estado de Hidalgo, (32 ganados por el PRI, pasando de 15 a 32 en total).
Para nuestro análisis, habremos de considerar algunos puntos y datos duros a continuación, que tal vez contrastan con la extremada briaguez y extensa promoción de la experiencia vivida en Coahuila e Hidalgo; difundida hasta los estados de Baja California Sur, Chihuahua, Yucatán y Zacatecas por el dirigente partidista, dando como hecho consumando la confianza recuperada ante los electores de todo el país.
1.-Es extremadamente aventurado inferir futurismos nacionales para el 2021, a partir de procesos locales. En 2021 se empatarán elecciones locales con federales, ademas en 15 estados se cambiarán las gubernaturas.
2.-Coahuila, es considerado el bastión histórico más seguro del PRI, siendo el partido más consolidado (dinosáurico) hasta la fecha desde 1929. No obstante, éste estado cuenta según diversas mediciones con el gobernador evaluado como “número uno” en el ‘ranking’ del país.
3.-Por su parte, Hidalgo, aunque no en la misma proporción que Coahuila, también es considerado bastión priísta, nunca ha sido gobernado por otro partido que no sea el tricolor, aún cuando haya una diversidad de ofertas partidistas, incluidas 6 estatales.
4.-Hidalgo, solo le ha dado mayoría en dos ocasiones a Andrés Manuel López Obrador, 2006 y 2018, no así al PAN –segunda fuerza política estatal–, mucho menos a Morena.
5.-También para Hidalgo, en el supuesto de que la ciudadanía haya hecho caso a la invitación al llamado de ejercer el (voto útil) tampoco sería garantía que para el 2021 u otra elección sería dirigido hacia el PRI.
6.-La credibilidad y desgaste de un gobernador no tienen el mismo impacto negativo como gobierno, al tratar de ganar elecciones intermedias que cuando ya van de salida. En la segunda parte pesa más el lastre.
7.-Para el caso de ambos estados –con mayor acentuación en Hidalgo–, no es Morena el perdedor, si no el PAN. Morena, aunque no haya logrado ganar como marcaban algunas preferencias en encuestas, se queda como segundo lugar.
8.-Morena está en estos momentos sumergido en divisiones partidistas a nivel nacional. Circunstancialmente al no tener una dirigencia nacional formal, tampoco en estados y municipios, no operó como debiera.
9.-Otro dato, anótenle; muy atentos con el rumbo político en lo futuro del gobernador de Hidalgo, Omar Fayad a partir del 2022 que entregue la gubernatura, es de extrema cercanía al ejecutivo federal.
10.-Por último, Sinaloa no es Coahuila ni Hidalgo; Sinaloa se cuece aparte y nadie debe desestimar los movimientos y señales de Quirino Ordaz. Pregúntenle si le gustaría que lo comparen con Miguel Riquelme u Omar Fayad…
Advertimos algo: «la ansiedad para esta célebre ocasión; le gana al análisis al hacer cuentas electorales. Se incluye a priístas, su dirigente, opositores a AMLO, incluso, a la mayoría de los medios».
¡Tranquilos! Ya falta menos para el 2021…
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