El ciclista paralímpico Ricardo Ten Argilés ha demostrado ser una de las joyas del deporte español. Sus logros en Glasgow reafirmaron su posición en el pináculo del paraciclismo mundial. Sin embargo, lo que debería haber sido un momento de reconocimiento y celebración se vio eclipsado por un obsequio inusitado: un reloj de pulsera de la marca Tissot.
La historia de Ricardo es una de superación y determinación. Tras un trágico accidente en su infancia, que resultó en la amputación de ambos brazos y una pierna, no solo decidió seguir adelante, sino que también se propuso alcanzar la excelencia en el deporte. Y lo logró. Su capacidad para superar obstáculos es, sin duda, inspiradora para muchos.
¿Un desliz o una falta de consideración?
Es tradición que patrocinadores ofrezcan obsequios en estos eventos, y Tissot, como patrocinador principal, optó por regalar un reloj a los ganadores. Si bien esto es un gesto estándar en muchas competencias, la decisión de entregar un reloj a un atleta sin brazos ha sido calificada por muchos como una grave falta de empatía y sensibilidad.
Las redes sociales se convirtieron en un hervidero de opiniones, desde aquellas que criticaban duramente a la UCI y a Tissot, hasta quienes defendían que fue un simple error. Pero en medio de la tempestad de comentarios y memes, la voz que todos esperaban escuchar era la de Ricardo.
Ricardo Ten y su lección de grandeza
Fiel a su naturaleza positiva, Ricardo Ten decidió responder a la polémica de una forma que pocos esperaban.
Con humor y gracia, compartió en sus redes sociales una foto luciendo el reloj, acompañada del comentario: “Gracias Tissot por creer en este mundo de la súper inclusión”. Una respuesta que, sin duda, le ganó aún más admiradores y respeto.
Más allá de la controversia y las opiniones divididas, el incidente del reloj abre un debate sobre la empatía, la consideración y la inclusión en el deporte. Sirve como recordatorio de que aún hay mucho trabajo por hacer en cuanto a comprensión y sensibilidad hacia las personas con discapacidad. Y da la oportunidad además de honrar la gran calidad humana de Ricardo Ten, un campeón mundial dentro y fuera de las pistas.
Información: Excelsior/Pedro Díaz