Si las crudas que te dan al día siguiente de beber un par de cervezas son brutales, significa que ya no eres tan joven como crees o al menos tu organismo te está mandando la señal de la edad y las repercusiones del alcohol en tu cuerpo.
Las resacas son bastante simples de explicar, básicamente tu cuerpo trata de filtrar una cantidad excesiva de toxinas que no eran tan tóxicas cuando estaban en la octava cerveza que bebías. El alcohol irrita la mucosa del estómago, lo deshidrata, y reduce los niveles de glucosa en la sangre, lo que puede hacerte sentir con náuseas, cansancio, lentitud e irritabillidad.
Nuestro hígado procesa el alcohol mediante la oxidación con la ayuda de varias enzimas, más notablemente la deshidrogenasa. Como un subproducto se obtiene un compuesto altamente tóxico llamado acetaldehído, el cual es cancerígeno y causa daño a las células y tejidos.
Afortunadamente, el acetaldehído no permanece en nuestro cuerpo por mucho tiempo. Es inestable y rápidamente se descompone en una sustancia menos tóxica llamada acetato; pero no te confíes, sigue siendo mala para el hígado, encargado de este proceso de manera eficiente que por la edad y el abuso de alcohol, puede dejar de funcionar.
Para un proceso eficiente, nuestro organismo puede metabolizar aproximadamente una bebida por hora sin que el alcohol se acumule en el cuerpo. Cuando nos excedemos, el acetaldehído se acumula en mayores cantidades en el torrente sanguíneo, lo que genera esa cruda mortal.
Pero, ¿por qué con la edad la cruda nos dura más? existen muchos factores que parecen estar implicados en el empeoramiento de la resaca en la vejez. Una de ellas es que la capacidad del hígado para hacer frente a la toxicidad del acetaldehído disminuye a medida que nos hacemos viejos.
El investigador toxicología Chul Kim, explicó que “Uno de los antioxidantes que ayuda a que el hígado procese mejor el acetaldehído es llamado glutatión. Nuestros datos indican que, a medida que aumenta la edad, la capacidad de generación de glutatión se reduce, por lo que las células no se pueden recuperar o ser reparadas rápidamente”.
El hecho de que el cuerpo hace más lento con la edad no es algo realmente sorprendente, pero la función hepática disminuye muchísimo. A medida que envejeces, es posible ganar peso extra, algo que también cambia la forma en la que experimentas los efectos del alcohol. “Cuando el peso corporal ha aumentado, el nivel de alcohol en la sangre disminuye, debido a su amplia distribución en la masa y grasa corporal, lo que nos lleva a beber vasos de más sin darnos cuenta, lo que resulta en la generación de más acetaldehído”, dijo Kim.
Pero estar con kilos extra no es lo único preocupante, bajar de peso puede llevar a peores resacas, sobre todo si bebes la misma cantidad de alcohol que cuando estabas gordo. Mejor bebe moderadamente.
Con información de NBC.
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