PARÍS .- El gran número de países europeos que se opone al cultivo de transgénicos puede dar la impresión de que el bloque los está frenando, pero en un momento en que nuevas variedades esperan aprobación y varios países dejan la puerta abierta a estos cultivos, es más probable que aumente la producción.
Diecinueve de los 28 países de la UE han solicitado quedar excluidos parcial o totalmente del cultivo del MON810 de Monsanto – el único cultivo transgénico de Organismos Genéticamente Modificados (OMG) cuyo uso está autorizado en Europa – o de solicitudes pendientes.
Aunque se cultiva de forma generalizada en América y Asia, en Europa hay una fuerte oposición pública contra los transgénicos, cuyo ADN ha sido alterado genéticamente, a menudo introduciendo genes de diferentes especies para impulsar su resistencia a pesticidas o herbicidas.
Francia, uno de los mayores opositores a esta tecnología y el principal productor de cereales de Europa, ha prohibido el maíz MON810 desde 2008, mencionando “serias dudas” sobre su seguridad para el medio ambiente.
Fue uno de los primeros países que usó la cláusula para excluir el cultivo y asegurar que la prohibición sigue en vigor, seguido de otros grandes productores de maíz como Italia, Hungría o Alemania.
Monsanto, que dice que su maíz es inocuo para los humanos y la vida salvaje, pidió que su autorización de 10 años fuera renovada, mientras que siete nuevas variantes de maíz desarrollado por DuPont Pioneer, Dow Chemical y Syngenta están en proceso de aprobación.
OMG, BIENVENIDOS EN RUMANÍA
Aunque no está claro cuánto tiempo podrían tardar las nuevas variantes de maíz en estar disponibles en países que no han bloqueado su cultivo, agricultores y productores de piensos no tienen dudas de que la producción aumentará.
“Los agricultores rumanos recibirán con alegría los cultivos de maíz modificado genéticamente”, dijo Laurentiu Baciu, presidente de LAPAR, la liga de agricultores rumanos, que agrupa a alrededor del 60 por ciento de la superficie agrícola del país.
“Tiene sentido común que cualquier agricultor de maíz, ya sea en España, Portugal o Rumanía, quiera reducir costes de producción y eventualmente tener una cosecha mayor”, dijo, estimando que los granos de maíz transgénico a la espera de aprobación podrían impulsar la rentabilidad en al menos un 15 ó 20 por ciento.
Portugal y España cultivan desde hace años el MON810 y en 2014 el Ministerio de Agricultura español estimó que había unas 131.500 hectáreas de este cultivo.
En Rumanía, el segundo mayor productor de maíz después de Francia, el área donde se cultiva maíz transgénico ha bajado en los últimos años, pero Baciu espera que la producción repunte.
Los grupos ecologistas han criticado el sistema de aprobación de la UE para nuevos cultivos y pidieron que se reformara.
Pese a la hostilidad pública a los alimentos modificado genéticamente, Europa es uno de los principales compradores del mundo de grano biotecnológico. Hay casi 60 cultivos de transgénicos aprobados para su comercialización y uso en la UE, sobre todo para pienso de uso animal.
“Estas nuevas variantes ciertamente encontrarán una salida en sectores que no prohíben los transgénicos, especialmente para alimentación animal”, dijo Stephane Radet, director del fabricante de piensos animales SNIA, indicando que cuando se cultivan legalmente en Europa, pueden viajar libremente por Europa.
Información: Reuters
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