Tijuana, B.C.- Aunque han sido detectados por las autoridades militares y policiacas, narcopistas y narcotúneles en Baja California se encuentran en condiciones de ser reutilizados por el crimen organizado, ya que el Ejército Mexicano y las corporaciones están imposibilitadas para mantener una vigilancia constante en dichas estructuras.
La Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena) ha localizado un total de 60 pistas de aterrizaje clandestinas en Baja California entre 2015 y 2016, sin embargo, 50% es rehabilitado por los cárteles de la droga, según la dependencia.
De hecho, el ayuntamiento de Ensenada concentra 26% de las pistas clandestinas, ya que se localizaron 28, en tanto que en Mexicali, que cuenta con una gran superficie desértica, se encontraron 23.
La mayor parte de las narcopistas se han localizado en el municipio de Ensenda, precisamente en zonas que se encuentran despobladas, aseguró el general de Brigada, José Bárcena Rosiles.
“Hemos destruido algunas pistas, y cuando volvemos a ir resulta que ya las rehabilitaron. Esto es dinámico, puesto que nosotros tenemos que ir constantemente a supervisar que realmente sigan destruidas”, dijo.
El comandante de la Segunda Zona Militar indicó que dichas pistas clandestinas permiten al crimen organizado transportar droga vía aérea y evitar circular por carreteras particularmente evadiendo los puestos de revisión de seguridad.
En relación con las excavaciones, al menos diez narcotúneles descubiertos en Tijuana se encuentran abiertos y en capacidad de operar, toda vez que el gobierno municipal no cuenta con los recursos para taponarlos, pese al oficio girado por la Procuraduría General de la República (PGR), afirmó el presidente municipal de Tijuana, Jorge Astiazarán.
El edil precisó que si el costo de pavimentar una calle asciende a un millón de pesos, atender la petición de la PGR dispararía el monto a niveles no calculados, ya que se debe rellenar con concreto hidráulico el interior de estos túneles, los cuales cuentan con extensiones de más de un kilómetro de longitud.
Además, los trabajos deben realizarse con la suficiente calidad para evitar que las vialidades que se encuentran sobre ellos vayan a presentar hundimientos o desplomes.
“Algunas de estas excavaciones cuentan con casi un kilómetro de longitud y hasta dos metros de altura por 1.5 de ancho, lo que significaría una gran cantidad de metros cúbicos de concreto para poder rellenarlos adecuadamente”, dijo el alcalde.
El secretario de Seguridad Pública de Tijuana, Alejandro Lares, aseveró que la estrategia es asignar elementos y patrullas para vigilar estos túneles, pero esa comisión también se traduce en un costo para la dependencia.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública de Tijuana, hasta el momento sólo dos narcotúneles han sido clausurados, uno de ellos con recursos de las autoridades estadunidenses que vaciaron la carga de cemento hidráulico de varios camiones de volteo.
En 2016 el primero de los narcotuneles detectados en esta frontera fue localizado en marzo.
Un punto de cruce más fue descubierto el 8 de abril en Tecate, y fue ubicado por las autoridades locales en la calle Hermosillo entre Mérida y Corregidora.
La obra de 12.7 metros de profundidad y 125 de longitud se encontraba parcialmente inundada, ya que al parecer se excavó en las inmediaciones de un arroyo subterráneo
Posteriormente, el 28 de abril, dos narcotúneles fueron descubiertos en un lapso de 24 horas en Baja California, uno en Tijuana y otro en Mexicali. Tanto el Ejército como la PGR investigan si ambos casos están relacionados.
Uno fue localizado por la DEA entre los pasadizos de una casa en la colonia Castillo de la Zona Centro; por ello, ante el hallazgo alertaron a sus homólogos en Tijuana, los cuales encontraron un narcotúnel en construcción.
El pasadizo fue descubierto en el interior de una casa de la citada colonia donde se construyó el pasadizo que ya conectaba con Estados Unidos por la avenida Internacional.
De acuerdo con la Policía Estatal Preventiva de Baja California, estos pasadizos eran controlados y construidos por el Cártel de Sinaloa, a cargo de Joaquín Guzmán Loera, y en fechas recientes ha entrado en acción un nuevo jugador en esta frontera: el cártel Jalisco Nueva
Generación.
Desde el año pasado, en Baja California fueron encontradas diversas construcciones del narcotráfico por ejemplo, el 29 de mayo, un narcotúnel, el cuarto de los ubicados en 2015, fue localizado a las 5:30 horas en terrenos pertenecientes al exejido Tampico.
El pasadizo se encontraba en las inmediaciones del aeropuerto internacional Abelardo L. Rodríguez, en cuyo costado operan diversos estacionamientos para el resguardo de tráilers y contenedores, que son descargados en la Garita de carga en Otay.
De acuerdo con las primeras investigaciones de la Procuraduría local, la excavación pasaba por debajo de la carretera al aeropuerto, a una profundidad de 1.50 metros, atravesando dicha vialidad a lo largo de cinco metros de longitud.
El 31 de julio de 2015 otro narcotúnel fue localizado por el Ejército Mexicano en el interior de una bodega de “importación y exportación” ubicada en las cercanías de la Garita de Otay.
Costo incalculable
De acuerdo con las autoridades municipales de Tijuana, el costo para pavimentar una calle puede alcanzar el millón de pesos, de modo que el monto para rellenar un túnel construido por el narcotráfico, que, según las autoridades, tiene en promedio un kilómetro de longitud y hasta dos metros de altura, dispararía la valoración de recursos necesarios para tapar el túnel a niveles incalculables.
La Secretaría de Seguridad Pública de Tijuana señala que la estrategia es mantener monitoreos constantes de las construcciones localizadas, de manera que no se permita que rehabiliten las ya clausuradas; sin embargo eso también genera altos costos a la dependencia.
Información: Excélsior
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