Como si el Estado sinaloense estuviera convertido en una gran sala de cine VIP, con estreno de película, «en primera fila» se mantenían cada uno de los espectadores y un que otro puñado de ‘especuladores’, solo por no perderse ninguna señal del que manda desde Palacio Nacional.
De entrada, afirmamos que AMLO no tiene un pelo de tonto y sabe el suelo que pisa en cada una de sus giras al interior del país. Recordemos que Sinaloa y su gente en 2018, está dentro del ‘ranking’ de los Estados del país qué más votos le dio de manera proporcional de acuerdo a su padrón electoral, alcanzando un 64.4% para su causa del total de sufragios emitidos. De ahí que las principales ciudades están en manos de Morena: Culiacán, Mazatlán, Guasave y Ahome.
Sin depreciar en ningún sentido el gobierno sobrio, institucional y republicano que ha ejercido el mandatario estatal, Quirino Ordaz Coppel, advertimos que esa es una de las principales y verdaderas causas por las cuales el ejecutivo mexicano tiene ciertas deferencias para Sinaloa, su gente, y desde luego, con quien dirige sus destinos.
Sin lisonja, así es.
El presidente mexicano, es un político habilidoso, sensible y tenaz que aunque el Estado de Sinaloa es considerado bastión priista, AMLO, en cascada, una vez sí y otra también, tiene deferencias para con los sinaloenses y su tierra. Y le da el viente y las malas a su más raudo opositor político. Sobremanera, a éstas cualidades agreguémosle el poder que le da ser el presidente de México.
Contrario a lo que muchos especularon y vociferaron en su contra en la antesala de su llegada a Culiacán, –durante su estancia y tiempos posteriores a su visita–resultó una gira benévola para el Estado, productiva en su esencia y de gran impacto. Incluso, con alcance de beneficios a otros municipios que no figuraban en la ruta de la gira, donde el ejecutivo fue interceptado a su paso por otros lugares como es el caso de las mandatarias de Guasave y Angostura.
A Aglaee Montoya Martínez de Angostura, en cuestión de horas prácticamente se le concedió iniciar los trabajos del anhelado deseo de elevar a ‘Puerto’ “el Campo Pesquero La Reforma” con la promesa de AMLO, de volver a Angostura para el caso. Asimismo, con tan solo una llamada le resolvió el conflicto de los predios de la ILAMA. Para Guasave y su alcaldesa Aurelia Leal, le invitó a ver a detalle en Álamos Sonora, con la responsable directa de la dependencia para el proyecto de la segunda etapa del colector pluvial norte de ese municipio.
Por otra parte, la percepción social de tan distinguida visita, da cuenta que quedó muy lejos el viejo estereotipo de lo que en el pasado representaba una gira de trabajo encabezada por un presidente de la República con el dispendio de algunos lujos, espacios reservados para múltiples invitados de honor, tumultos de escoltas del Estado Mayor Presidencial, y desde luego, en lo político, una odisea plagada de menciones rimbombantes de amigos, compadres y grupos de poder. AMLO, definitivamente no es así, aunque estemos en la antesala del proceso más grande de la historia del país.
Muy lamentable para los ‘especuladores’, no así, para los ‘espectadores’ los efectos político-partidistas de tan distinguida visita a Sinaloa, ya que Andrés Manuel López Obrador, logró con creces y con pulcritud los objetivos marcados en sus agenda –ahora sí, su agenda política, no de gobierno– acomodar las cosas para lo que viene en el 2021.
Así que preparémonos todos, porque AMLO entre líneas con su expresión de que: “Quirino no está metido en politiquerías”, confirma que no es el gobernador, ni será un estorbo para el proyecto que tiene considerado y tal vez ya ‘palomeado’ para Sinaloa en la contienda del 2021.
La misma expresión, es a partir de ya, una orden firme por parte de mandatario nacional para que Quirino, esté quieto en los temas referentes a su relevo y sucesión, en la idea que eso será facultad estrictamente de su investidura y de nadie más.
Y en caso de no ser así, está muy a tiempo de corregirlo para que su salida sea tranquila y sin mayores problemas.
Con todos estos mensajes que nos regala el ejecutivo federal a su paso por Sinaloa que a nadie le quepa duda; a Sinaloa le va y le irá mejor, a los sinaloenses junto con ella, y por supuesto, al gobernador Quirino Ordaz Coppel.
¿O alguien lo duda?
De lo que tampoco hay duda –y que muchos no han querido, ni quieren entender– es que las cosas en todo el país con referencia al oficio de la política han cambiado.
Entonces, ¿En Sinaloa para la sucesión 2021 no habrá culebra en el agua o sí?
Lo veremos…
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