México.- El director editorial de Proceso, Rafael Rodríguez Castañeda, dijo que acusaciones lanzadas esta mañana por el presidente AMLO lo lastiman personalmente y consideró que, quizá, la entrevista concedida a Carlos Urzúa pudo haber causado mella en el mandatario federal.
El experimentado periodista consideró que, contrario a lo dicho por el titular del Poder Ejecutivo, no es fácil asumirse como un “periodista independiente”, pues existen muchas presiones, descalificaciones y hasta amenazas por parte de diversos actores políticos.
Rodríguez Castañeda advirtió que el episodio que confrontó a su reportero Arturo Rodríguez con López Obrador puede ser una muestra de la tensión por venir en la relación entre medios y gobierno y apuntó a la entrevista concedida por Carlos Urzúa, exsecretario de Hacienda, como uno de los posibles motivos de enfado del presidente.
Se lanza AMLO contra Proceso porque “no se portaron bien”
En su conferencia matutina, el mandatario federal acusó a la revista Proceso de “editorializar” en su contra y aseguró que previo a su triunfo en la elección presidencial de 2018, la publicación se portó “mal” con su movimiento.
Además, consideró que los “buenos periodistas” son quienes toman parte en momentos de transición en el país, por lo que rechazó los ataques en contra de sus esfuerzos de transformación.
Los buenos #periodistas siempre han apostado a las transformaciones: #AMLO. El presidente reprochó a #Proceso no haberse portado bien con él. pic.twitter.com/7HYy3BKJid
— Poder Informativo (@pinformativomx) July 22, 2019
En cuanto a la revelación del presidente de que “ya casi” no lee la revista, Rodríguez Castañeda dijo que lamenta la descalificación contra un medio que se ha caracterizado por exhibir los abusos y atropellos de los distintos gobiernos y partidos políticos en la historia reciente del país.
Sin embargo, aseguró que existe un amplio número de lectores que se mantienen fieles al semanario y aclaró que Julio Scherer dejó la dirección editorial en 1996, por lo que el supuesto viraje reciente insinuado por López Obrador no tiene nada que ver con el fallecimiento de Scherer en 2015.