Guamúchil, Sin. Aún sin comprender bien la razón excacta por la cual permanece encerrada, María Teresa Sánchez, de 38 años de edad, extraña cada día a sus seis hijos y no deja de soñar con el día en que vuelva a ver la luz del exterior. Teresa, al igual que ocho mujeres más, permanece recluida en la cárcel regional del Évora, ella lleva ya más de 7 meses “a la sombra”, se le acusa de supuesto maltrato a sus hijos.
Un día de visita es como cualquier otro para ella, el dolor la agobia cada vez que hijos, esposos y demás familiares llegan a visitar a sus compañeras y ella añorando la compañía de alguien; como cada día desde que vive en una celda. Sus hijos son la fuerza que le impulsa a seguir despertando cada día, sin embargo, están lejos siendo cuidados por familiares suyos y no hay nadie quien pueda llevarlos al reclusorio para visitarla. Originaria de Michoacán, permanece sola en la región, viviá en Recobeco, Mocorito, hasta el fatídico día en que los agentes municipales la detuvieron acusándola de mala madre.
“Nunca les he pegado a mis hijos”, cuatro de sus retoños, son menores de edad, pero para su desgracia no están con ella y ve lejos el día en que pueda abrazarlos de nuevo. Según el propio testimonio de María Teresa, fue una prima quien la acusó de maltrato hacía sus pequeños, pues quería mantener una relación sentimental con un hombre que estaba interesada en María Teresa, el hombre en mención no quizo ser pareja de la prima, por despecho y envidia, fue que la demandó ante las autoridades. No le han dictado auto de formal prisión, sin embargo Teresa, comenta que fue informada saldrá libre en febrero próximo, y será entonces cuando busque a sus hijos. Ahora, la abuela paterna de los niños quien entablar un juicio en el DIF con la finalidad de quedarse con sus menores hijos, lo cual llena de impotencia a mujer, quien según su testimonio es víctima de un abuso.
“Aqui no hay nada que hacer, todos los días son iguales”, expresó la afligida mujer, presa del hastío que representa vivir en cuatro paredes, sin posibilidad de comunicación, una palabra de aliento o un abrazo por parte de sus seres queridos.