“Siempre hay algo para hacer”, dice el refrán popular que se cumple una vez más y en esta ocasión aplicado a la huerta. Por más que los días se acorten y empiece el frío, el invierno resulta una época estratégica para hacer algunas tareas en los cultivos y anticipar una buena cosecha durante la primavera. Técnicos del Prohuerta, un programa que el INTA junto con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación inició hace 25 años, brindan algunos consejos para tener en cuenta a la hora de trabajar y mantener la huerta durante los períodos invernales.
“Esta época puede ser una oportunidad para la huerta, ya que todo lo que cosechemos en primavera dependerá, en gran medida, de lo que hayamos trabajado en el invierno”, aseguró Francisco Pescio, especialista del INTA AMBA, quien además se desempeña como técnico del programa Prohuerta y acompaña a decenas de pequeños horticultores que producen hortalizas y frutales agroecológicos para el consumo familiar.
A contramano de las creencias más comunes como “en invierno, las plantas crecen poco” o “los días son muy cortos para trabajar en la huerta”, Pescio señaló que la mayoría de los cultivos que se siembran en los períodos de frío resisten las bajas temperaturas e, incluso, prescinden del uso de invernáculos o de cubiertas de protección. “La lechuga, el rabanito o la acelga, por ejemplo, son algunas de las especies que no requieren protección especial contra el frío, ya que toleran temperaturas menores a los 5°C bajo cero”, explicó el técnico.
En esa línea, Pescio destacó el carácter peculiar de la espinaca y de algunos frutos que necesitan la llegada del frío para su mejor crecimiento. “Así como es conveniente sembrar la espinaca en días frescos para evitar su floración, las frutillas u otras especies menos conocidas como el grelo y el kale darán frutos y hojas más ricas si reciben frío”, observó.
Más allá de las hortalizas, los frutales tienen su presencia en la huerta y sus propios cuidados. “El invierno es un momento ideal para la poda y, en el caso de árboles como el duraznero, esta práctica beneficia la fructificación y prolonga la vida de la planta”, indicó Pescio.
Otros consejos
El especialista sugirió el empleo de coberturas que consisten en extender una capa plástica por encima de las plantas y evitan el impacto del frío sobre los cultivos. “En estos casos, el productor debe ubicar la cobertura sin que esté en contacto con las plantas y destapar los cultivos con frecuencia a fin de prevenir la aparición de enfermedades”, apuntó Pescio.
Además de utilizarse contra las heladas, el técnico dijo que las coberturas también pueden recuperarse para el armado de túneles que permiten incrementar la temperatura y acelerar el desarrollo de verduras de hoja. “Esta práctica se denomina cultivo forzado y, a grandes rasgos, implica colocar una cobertura de polietileno de manera temporal sobre algunos canteros”, detalló Pescio.
Por último, el especialista destacó que los meses de julio y agosto son un momento oportuno para preparar los almácigos de tomates, morrones y berenjenas que, una vez que culminado el frío, podrán trasplantarse a su lugar definitivo entre septiembre y octubre.
“Es aconsejable que los plantines sean conservados en invernáculos que hasta podemos construir con materiales reciclables”, señaló finalmente Pescio, al tiempo que sugirió consultar la guía “Mi casa, mi huerta”, un material recientemente editado por Ediciones INTA que explica los pasos para armar pequeños invernáculos con botellas de plástico.