La Iglesia católica a menudo enseña que hay redención en el sufrimiento, pero las Hermanas Espirituales del Valle esperan aliviar el sufrimiento a través de una tradición de siglos de antigüedad que es conocida en muchos claustros y abadías.
Ellas producen bálsamos, lociones y tinturas a partir de plantas que son cuidadosamente cultivadas en sus tierras de California, cosechadas durante el ciclo lunar y cultivadas durante la oración.
Sin embargo, su principal ingrediente es decididamente más moderno. Las hermanas cultivan potentes variedades de mariguana medicinal que, afirman, son ricas en cannabidiol, los químicos que se cree, reducen la náusea, contienen los ataques, bajan la inflamación y ayudan con la ansiedad y la depresión.
Ellas dicen que sus productos tienen poco o nada de THC, el químico que hace que los usuarios sientan el efecto estimulante.
Aunque usan hábitos y ropa modesta, las dos hermanas religiosas que son parte del negocio no tienen una relación oficial con la Iglesia católica. Su lealtad es con un ideal feminista, lealtad entre ellas y hacia una misión que describen en su sitio web de la siguiente manera: “respetar la anchura y la plenitud de los dones de la Madre Naturaleza, al trabajar para reducir la brecha entre Ella y las personas que sufren”.
Los fotógrafos Shaughn Crawford y John Dubois vieron por primera vez la historia de las hermanas en las noticias locales más o menos por Acción de Gracias. Ellos supieron inmediatamente, sin lugar a dudas, cuál tenía que ser su próximo proyecto, incluso si nadie se los había encargado. Este sería el proyecto perfecto de pasión si pudieran convencer a las hermanas.
“Nos sentimos atraídos a ciertas historias, las que nos interesan personalmente, las que se enfocan en las personas únicas que están allá afuera de las que no sabes mucho, aunque deberías”, dijo DuBois.
“Las personas tienen una idea de quienes cultivan cannabis, y las personas podrían creer que saben algo sobre las monjas, pero es en este punto donde ambos se cruzan —esta pequeña área de intersección— el que resulta interesante. Ahí es donde tratamos de involucrarnos”.
Convencer a la hermana Kate y a la hermana Darcey de que les abrieran la puerta no fue tarea fácil. La demanda por el producto era tan alta que era difícil suplirla, y la atención de los medios locales solo haría que la demanda aumentara. Ocuparse del negocio no les dejaba a las hermanas mucho tiempo para hablar.
Pero “llegamos y ellas fueron realmente amables y transparentes acerca de todo lo que hacían en sus vidas”, dijo DuBois. “A veces las personas son cautelosas y no saben si pueden confiar en ti, pero cuando nos sentamos con ellas, ellas sintieron que este era el proyecto adecuado”.
Las hermanas les mostraron a los fotógrafos sus operaciones, para las que usaban sencillas ollas de cocimiento lento y filtros de café a fin de crear la mezcla especial que es utilizada en sus productos.
“Les pedimos que trabajaran como de costumbre, y de vez en cuando les pedíamos que repitieran algo o que lo hicieran más despacio para poder captarlo bien”, dijo DuBois.
Lo que algunos podrían considerar como la mejor toma —la foto en la que una de las hermanas fuma marihuana— fue idea de ellas.
“Esta es una de mis favoritas y fue inesperada”, dijo DuBois. “La hermana Kate mencionó esta foto que tenían: es un tipo de impresión antigua y victoriana en la que una mujer está sentada en una mecedora mientras fuma un porro”. Esto inspiró a las hermanas para que sugirieran la foto.
Crawford dijo que él notó que el arte en la casa era una mezcla fascinante de artículos católicos y bagatelas que dan indicios de la cultura del cannabis.
“Cuando hacemos estos proyectos, no solo tratamos de captar a las personas, sino también tratamos de dar un vistazo hacia los lugares y cosas que las rodean”, dijo DuBois. “Y el detalle como su calendario con los ciclos de riego y cultivo en la pared son detalles interesantes que realmente cuentan su historia”.
Los dos fotógrafos solo tuvieron un día para tomar las fotografías, pero esperan regresar. Las hermanas ya se han trasladado a una nueva propiedad para ampliar sus operaciones, y ya han creado su propio sitio web. También esperan algún día tener suficiente dinero como para lanzar una operación de ventas al por mayor y colocar sus productos en las tiendas.
“Conocimos a dos mujeres realmente interesantes, y disfrutamos mucho poder pasar tiempo con ellas”, dijo Crawford.
Información: JEN CHRISTENSEN, CNNMéxico
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