Tlapehuala, Guerrero.- Luego de que la madrugada del pasado lunes fuera levantado por hombres armados cuando se encontraba dando clases en las instalaciones del seminario de Ciudad Altamirano, un cura fue encontrado asesinado en una comunidad del municipio de Tlapehuala, en la región de Tierra Caliente.
Según la Diócesis de Ciudad Altamirano, el cuerpo del sacerdote Gregorio López Gorostieta, mejor conocido como “Padre Goyo”, fue encontrado ayer en una brecha de terracería, atrás del monumento al general Lázaro Cárdenas del Río, sobre la carretera federal Iguala-Ciudad Altamirano. Presentaba el tiro de gracia.
“Hoy comunico con profundo dolor que nuestro hermano el padre Gregorio López Gorostieta ha partido a la casa del padre. Con fe puedo decir que está gozando de la presencia de Dios. Dios perdone a quien hizo tan aberrante acción”, publicó la Diócesis de Ciudad Altamirano en su página de la red social de Facebook.
En el mensaje, también se dio a conocer que los restos del Padre Goyo serán velados hoy en el Seminario de Ciudad Altamirano y mañana serán trasladados a su parroquia en Nanchititla, donde se hará una misa de cuerpo presente. Indicaron que se expondrá ‘el Santísimo’ para orar por el eterno descanso del padre.
Cabe recordar que el cura fue secuestrado por un comando armado la noche del 21 de diciembre en la cabecera municipal de Ciudad Altamirano, pero los captores nunca se comunicaron para solicitar el pago de un rescate, pese a que la Diócesis realizó una marcha encabezada por sacerdotes para implorar que se le liberara con vida. Sin embargo, la tarde del jueves fue localizado sin vida en el municipio de Tlapehuala.
El resultado de la necropsia reveló que el sacerdote, quien tenía 39 años de edad y nació en Nachititla, Estado de México, tenía huellas de estrangulamiento y se confirmó un impacto de bala en la cabeza.
Hasta el momento no se tienen indicios de qué grupo criminal está involucrado en el secuestro y asesinato.
Este no es el primer asesinato de un sacerdote que se registra en la entidad, ya que el mes de septiembre del presente año fue privado de la vida Asunción Acuña Osorio, sacerdote del municipio de San Miguel Totolapan. El cuerpo fue encontrado en el río Balsas, presentaba huellas de tortura e impactos de bala.
Otra víctima de la violencia, fue un sacerdote de Uganda, John Ssenyondo, localizado en una fosa clandestina el pasado 2 de noviembre. El clérigo fue privado de su libertad en abril del año en curso.
Fuente: La policiaca