El equipo político que fuertemente construyó en torno a su proyecto el extinto ex alcalde de Salvador Alvarado: Carlo Mario Ortiz Sánchez, y que hoy, hasta cierto punto, como la jefatura en la presidencia municipal ostenta su viuda, Pier Angely Camacho; «será un factor decisivo para el resultado de la elección local de junio próximo».
Los tradicionalistas y sobre todo los autores intelectuales de la nueva candidatura de la ex alcaldesa Liliana Cárdenas Valenzuela, jurarán y perjurarán que la institucionalidad —por así convenirles— dicta que su apoyo no deberá ir más allá de la oferta de su partido; aunque en la práctica se pudieran estar mandando señales a la inversa.
En ese sentido, nadie debemos olvidar que conforme a ley o sin ella; Pier Angely declaró de arrancada ante los medios que no la descartaran, dejando entre ver que aspiraba en continuar hasta por un periodo constitucional más el legado gubernamental de Carlo Mario Ortiz, lo que de forma repentina, desistió de una eventual reelección.
Estamos seguros que el tema, suena por demás interesante para la clase política en general, ya que la imaginación vuela lejos en quienes consumimos este tipo de menú, evocando imágenes de momentos y vivencias tanto en lo social como en lo político, incluyendo pasajes antes de la partida terrenal de Carlo Mario.
De antemano, se sabe que existe una relación estrictamente diplomática, mas no de equipo y mucho menos amistosa, entre la alcaldesa actual y la virtual candidata del PRI a la alcaldía, donde han predominado marcadas diferencias entre sus tribus, no se diga de intereses, que por cierto, vienen desde que Ortiz Sánchez era líder único del grupo.
Derivado de ello, y de presiones cupulares, fue que Ortiz Sánchez decidió regresarles el Comité Directivo Municipal del PRI en la persona de Marco Antonio López González, a quienes se lo habían cedido de forma pasajera a su llegada al palacio municipal, todo para evitar cualesquier tipo de fricciones. Se reconoce que el trabajo operativo del malogrado alcalde, era más de concertación que de confrontación.
A 45 días de iniciar formalmente las campañas electorales, y donde a algunas plataformas les falta definir los productos a ofrecer en las distintas demarcaciones, el PRI y el frente amplio que comparte con el PAN y el PRD, presenta más avances, pero se les visualiza un panorama sumamente adverso.
Lo dijimos, y hoy lo confirmamos; la ausencia física de Carlo Mario Ortiz Sánchez fue de lo más lamentable, en función de la gran empatía lograda y el cariño que le tenía la gente de Guamúchil; más allá de eso, como operador político regional sigue representado la mayor vulnerabilidad del tricolor, y ahora de su coalición opositora.
Muchos han querido lucrar con el dolor y sentimiento de alta estima que logró Carlo Mario con el pueblo. Incluso Mario Zamora, precandidato a gobernador de “Va por Sinaloa” en su primer visita local, públicamente se quebró en llanto en honor al recuerdo de su “gran amigo” y “hermano”.
Actitud que a muchos pareció de mal gusto y que seguro su viuda —ahí presente—, debió haber reprobado en su interior. No subestimemos lo sabio y juicioso que es el pueblo, por lo que no se le engaña tan fácil .
Existe registro tácito de prominentes integrantes del grupo político del finado ex alcalde, que se empiezan a mover en caudales de agua con rumbo a otros manantiales. Luego abundamos.
Por lo pronto alertas, que será de suma importancia en la contienda electoral el apoyo y resolución de Pier Angely y el grupo político que respaldó en todo momento a CM, que aunque hoy no sea «determinante», su fuerza, no dejará de ser un: «factor decisivo».
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