Culiacán, Sinaloa.- El presidente de la Junta de Coordinación Política del H. Congreso del Estado de Sinaloa, le tomó la protesta a la estructura estatal de la Red Mundial de Jóvenes Políticos, cuya directora es Evelyn María Pineda Medina.
En su mensaje, antes de la toma de protesta, el diputado Feliciano Castro les invitó a no hacer suya la política que es sinónimo de corrupción y tranza.
Les propuso elegir a la política humanista cuya dimensión implica un compromiso con la humanidad en la diversidad de posiciones y que lleva a trascender la indiferencia.
Consideró que el Movimiento del 68, en cuyo marco se dio la Matanza de Tlatelolco un 2 de octubre, se dio un relevo generacional en este país.
Explicó que los jóvenes de esa época demandaron justicia, bienestar y democracia, y 50 años después es cuando por derecho propio el pueblo mexicano empieza a construir, a atender esas demandas en una dimensión de gobierno a partir del 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador gana la presidencia de México.
Es decir, dijo, la clase política que llega al poder a partir de 2018 viene justamente del 68, y en términos de condición biológica es una clase política que está arriba de los 65 años y que en más de 10 años más, estará en una situación de senectud, arriba de los 80.
“Entonces quién va a conducir este país. Con qué visión se va a conducir este país”, preguntó a los jóvenes presentes en el Salón Constituyentes de 1917, del Congreso del Estado.
Hoy, precisó, los procesos políticos de México convocan a los jóvenes a un relevo generacional donde Juventud es categoría social que supone un sujeto en actitud histórica.
En la medida en que concurramos a protagonizar los asuntos políticos de México, les dijo, estaremos en condiciones de ser protagonistas de la transformación en el mundo.
Para avanzar en ese sentido, convocó a trabajar en la política que reivindica el sentido ético, como una forma de amor al ser humano.
Este, subrayó, es el reto en nuestra perspectiva de los jóvenes: elevarse a la juventud como sujetos políticos hacia un relevo generacional. Y ese relevo generacional tendrá sentido solo si se asume el humanismo como esencia del quehacer político.
“Hagamos de la política el espacio más universal para contribuir a la transformación del mundo, para que prevalezca una política amorosa que ponga en el centro los intereses de todos. Combatamos la indiferencia. Luchemos por el bienestar de todos, pero especialmente de los que menos tienen”, invitó.