Un gran jurado federal en El Paso ha imputado a seis hombres por la compra de pistolas, rifles y 2 mil municiones en una feria de armas en El Paso, presuntamente destinados al Cártel de Sinaloa. Los acusados enfrentan cargos por tráfico de armas, compras fraudulentas y declaraciones falsas.
La acusación se deriva de una operación encubierta realizada por agentes de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) durante una feria de armas el 25 de enero en El Paso.
Los agentes observaron a Daniel Feliciano Ayala Murillo, ciudadano mexicano, dirigiendo a dos individuos para adquirir un rifle y 2 mil balas. Ayala fue visto entregando dinero en efectivo a personas fuera de la feria, quienes luego colocaban las armas en un vehículo.
Otro de los acusados, Elvin Sebastián Ibárez, también fue observado instruyendo a dos hombres para comprar armas. Tras abandonar la feria, Ayala, Ibárez y los otros cuatro implicados fueron arrestados.
Ayala confesó ser miembro del Cártel de Sinaloa y que las armas y municiones estaban destinadas a Mazatlán, México. Indicó haber ingresado a Estados Unidos con una visa B1/B2 y contrató a sus sobrinos para ayudar en la compra de armas, reclutando a otros compradores falsos. Ayala cambió entre 6 mil y 7 mil dólares para realizar las compras.
Ibárez admitió haber sido reclutado a través de redes sociales para comprar armas en nombre de otra persona en la feria, recibiendo 100 dólares por cada arma adquirida. Reconoció saber que las armas serían enviadas a México para abastecer al Cártel de Sinaloa.
Las armas compradas incluyen dos PA-15 de calibre múltiple, un rifle WASR-10UF (tipo AK-47) calibre 7.62 y dos pistolas Glock 9mm. Los 2 mil cartuchos eran de diferentes calibres.
El tráfico de armas destinadas al narcotráfico es un delito federal que puede conllevar hasta 25 años de prisión.
Este caso pone de relieve la problemática del tráfico de armas desde Estados Unidos hacia México, donde organizaciones criminales como el Cártel de Sinaloa se abastecen de armamento adquirido en ferias y otros puntos de venta en territorio estadounidense. A pesar de los esfuerzos por controlar este flujo ilícito, la demanda de armas por parte de los cárteles continúa alimentando la violencia en México.
El Cártel de Sinaloa, considerado una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo, ha sido responsable de la producción y tráfico de grandes cantidades de fentanilo y otras drogas ilícitas hacia Estados Unidos. Además, ha utilizado la violencia para asesinar, secuestrar e intimidar a civiles, funcionarios gubernamentales y periodistas.
Recientemente, el Gobierno de Estados Unidos designó al Cártel de Sinaloa y otras organizaciones criminales transnacionales como organizaciones terroristas globales.
La captura de líderes como Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y, más recientemente, Ismael “El Mayo” Zambada, ha generado tensiones y luchas internas por el poder en el cártel, resultando en un aumento de la violencia en diversas regiones.
Estas detenciones también han influido en las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos, especialmente en lo referente a la cooperación en seguridad y combate al narcotráfico.
Este incidente en El Paso subraya la necesidad de una colaboración más estrecha entre las autoridades de ambos países para frenar el tráfico ilegal de armas y reducir la violencia asociada al narcotráfico.
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