Cuando ‘Penka’ se perdió, un granjero intentó devolverla a su dueño, el búlgaro Ivan Haralampiev, pero nunca se imaginó que un acto de bondad sería prácticamente imposible de realizar.
Lo que sucedió fue que la vaca cruzó la frontera y terminó en Serbia, un país que no pertenece a la Unión Europea y en el que por ley no se puede ingresar sin el debido papeleo. Así que ‘Penka’, aunque sí recibió la atención de un veterinario, no pudo salir por no contar con documentos de exportación de ganado.
Peor aún, está embarazada y aún así será sacrificada, según informó el reportero James Crisp, quien posteriormente descubrió que la mantendrán en cuarentena hasta que los resultados de sus estudios aparezcan.
Aunque en Change.org lanzaron una petición para recolectar las firmas necesarios y revocar la decisión del gobierno, pues consideran que el único crimen que cometió fue ser descubierta, el comisario a cargo de seguridad alimentaria de la Unión Europea, declaró que ya no se puede hacer nada.