Este sismo no se iguala a los que he sentido. Este fue más fuerte, como nunca, sonaba tanto la casa que daba miedo, era una sonadera tremenda”, afirmó Colón Mendoza, quien vio morir a su hijo aplastado en un mercado que se desplomó en la localidad de Abdón Calderón, en las afueras de Portoviejo.
El sismo de magnitud 7.8 se produjo a las 18.58 hora local del sábado (23.58 GMT), entre los balnearios costeros de Cojimíes y de Pedernales, en la provincia de Manabí.
Empezó como un bramido y como que se alzaba el piso, fue fatal”, contó Ramón Solórzano, un comerciante de 46 años de Manta.
Tras el desastre, el Gobierno ecuatoriano declaró el estado de emergencia en las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos y Santa Elena, así como el estado de excepción en todo el territorio nacional.
Fue largo, fue como un viento que atormentó a todos … A mí me botó patas arriba”, aseguró Luis Barba Menéndez, habitante de Pedernales.
El coche se balanceaba como si lo estuviese moviendo gente desde fuera con mucha fuerza”, relató por su parte Carlota López, una vecina de Guayaquil que fue sorprendida por el terremoto mientras viajaba en su automóvil.
En Santo Domingo de los Tsáchilas el vecino Julio López describió la situación como ‘terrible’.
Creí que nos íbamos a morir se movía todo y no paraba fue un terremoto muy largo y lo único que pensaba es en mis hijos y mi familia”, indicó López.
Información: Excélsior
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