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La teleserie, que actualmente se transmite por El Canal de las Estrellas, reúne así todos los tiempos posibles en un mismo escenario y época, y lo mismo puede estar una mujer mandando mensajes de texto con su teléfono inteligente en una misa de 1962, que estar anunciado en ese mismo año un concierto de Gerardo Ortiz, 30 años antes de que naciera el músico. Tan sólo en el primer episodio de la historia protagonizada por José Manuel Figueroa, que nos transporta a la década de los 60, aparecen smartphones, autos del nuevo siglo, impresoras portátiles, pantallas planas de alta definición.
Carla Estrada, quien ha producido melodramas de época en Televisa, como Amor Real, Alborada y Pasión, dijo en el estreno de la historia basada en “El Poeta del Pueblo” que se tomó algunas libertades creativas.
En aquella época, mientras Joan Sebastian entraba al seminario para convertirse en sacerdote, la telefonía casera comenzaba a expandirse, el Internet ni siquiera llegaba a su etapa comercial y pensar en inventos como teléfonos celulares o palabras como high definition, no estaban en el vocabulario de la gente común todavía. En la serie, la devaluación del peso y el Tratado de Libre Comercio sucedieron 30 años antes de lo que ocurrió en la realidad, es decir, en los 60.
Así se explica que en un pueblo como Juliantla, Guerrero, en 1962 aparezcan productos americanos como chicles Trident, presentación 2016, o Coca Cola en envase de plástico, que llegó al país en realidad en los años 80. También se habla de nuevos pesos, cuando la moneda que regía al país en aquellos tiempos tenía tres ceros más; fue en los años 90 cuando se eliminaron los ceros. Los atuendos tampoco han pasado desapercibidos, así, aparecen personajes luciendo leggins en una misa de la década años 60.