Posiblemente, la imagen de la temporada. Stan Wawrinka, en mitad de su partido ante Rafael Nadal en los cuartos de final del Masters 1000 de París, decidió pedir un café a la organización para afrontar mejor los problemas sobre la pista. Instantáneo. Y no el café. El suizo puso la nota de color a la noche parisina con esta anécdota y consiguió darle la vuelta al marcador para meterse en las semifinales. Un aperitivo milagroso.
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