Agricultura.- Proponen que complementen y hasta sustituyan a grandes equipos de maquinaria agrícola, aportando eficiencia y sustentabilidad.
Repleto de cámaras y sensores, el cangrejo de metal recorre lentamente su camino a través de una chacra de maíz. Mediante la exploración de su entorno, el pequeño ayudante electrónico evita astutamente montones de tierra y los tallos de las plantas. Parece el inicio de un cuento de ciencia ficción, pero en breve se podrán observar robots realizando diferentes tareas en el agro.
La eficiencia productiva generando el menor impacto ambiental posible son los principales objetivos de los ingenieros que se dedican al desarrollo tecnológico aplicado a la agricultura. La agricultura de precisión, satelital, pilotos automáticos y drones son las herramientas productivas del agro moderno. Y aunque muchos crean que Uruguay está atrasado tecnológicamente eso no es así. Las principales empresas del rubro ya utilizan estas tecnologías, y están a la par de los principales productores de Estados Unidos y Europa
El portal de la multinacional Bayer, destaca que los robots y supertractores autónomos traerán grandes soluciones a las ineficiencias de la agricultura, tanto en siembra, monitoreo, fertilización, como en cosecha. Aseguran que cosechadoras inteligentes podrían ser capaces de trabajar en toda una chacra de forma independiente.
Inventores e ingenieros como David Dorhout, de Iowa, Estados Unidos, están ofreciendo soluciones innovadoras. “¿Por qué no tomar las grandes máquinas de hoy y dividirlas en miles de máquinas más pequeñas?”, se preguntó. Así inventó el agrirobot de seis patas denominado Prospero.
El microagricultor autónomo es apenas más grande que una pelota de básquetbol. Con sus pequeñas patas de aluminio se puede transportar fácilmente por toda la chacra. Si tiene encomendado sembrar, puede recorrer la parcela buscando un espacio vacío, perfora un agujero y coloca una semilla. Luego, marca el lugar con un spray y vuelve a deambular.
Dorhout imagina un enjambre de sus robots recorriendo el campo y comunicándose entre sí a través de señales infrarrojas. “Este enfoque libera por completo al agricultor de la máquina y le permite dedicarle más tiempo a los aspectos económicos y científicos de su empresa”, explicó.
El agricultor gana más tiempo para la selección de semillas, los análisis de suelos o la planificación financiera. “Estoy muy interesado en ver lo que los agricultores del mañana se van a plantear con una herramienta que les permite recorrer, monitorear y trabajar sus campos pulgada a pulgada o planta por planta”, dice Dorhout.
La precisión es clave para una agricultura eficiente. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) afirma que la producción de alimentos en todo el mundo tendrá que aumentar 70% hasta el año 2050 para abastecer la demanda mundial. Para hacer frente a ese desafío, los fabricantes están trabajando en una amplia gama de máquinas de alto rendimiento.
El Instituto de Mecánica Aplicada de la Universidad Tecnológica de Munich, Alemania, trabaja en una máquina que podría convertirse en el próximo estándar en robótica agrícola. Se trata de un brazo robótico modificable. Dependiendo de los requerimientos, diferentes módulos como sensores, dispositivos de pulverización o manipuladores pueden ser fácilmente intercambiados.
Su instituto socio en Wageningen también está trabajando en un sistema de sensores sofisticados: cámaras especiales que generan una imagen tridimensional del entorno del robot, lo que ayuda a distinguir las frutas de las hojas. Además del manipulador, también se previeron algunos otros módulos especiales, como un sensor para determinar la madurez de las uvas con luz fluorescente, por ejemplo. Entonces los robots podrían incluso cosechar en viñedos y huertos.
Los primeros prototipos de agrirobot ya se están probando. El Bonirob, por ejemplo, puede navegar por un campo de maíz y escanear plantas.
Conceptos como hileras de cultivo podrían ser innecesarios y ni una sola pulgada cuadrada permanecerá sin ser observada. Se cree que en 20 años la robótica revolucionará la agricultura. También es cierto que las nuevas tecnologías se utilizarán junto a la maquinaria tradicional, y posteriores generaciones de robots serán suficientemente inteligentes como para adaptarse a la naturaleza, el clima y otras condiciones ambientales.
Ventas por US$ 16,3 mil millones
Proyectan ventas por US$ 16,3 mil millones en robótica agrícola para 2020. La robótica aporta gran eficiencia productiva y mayores ganancias, con un menor impacto ambiental. El robot Prospero se presentó en 2012 y ONU sigue el proyecto desde muy cerca. Aunque aún no se los ve de forma masiva, en varios campos experimentales los robots recorren las chacras. El sector de la robótica agrícola ya dejó de ser insignificante. Éste movía apenas US$ 817 millones en 2013, pero en el futuro cercano serán los robots quienes hagan todas las tareas agrícolas, además de pastorear rodeos y majadas.