HERMOSILLO, Son. (apro).- Ejidatarios de la zona rural de esta capital documentaron 20 nuevos casos de afectaciones a la salud a consecuencia del derrame de metales pesados y lixiviados de cobre originado en la mina Buenavista del Cobre, propiedad de Grupo México.
Los inconformes realizaron un plantón afuera del palacio de gobierno estatal para denunciar que los desechos mineros derramados sobre los ríos Sonora y Bacanuchi se asentaron en la presa “El Molinito” y se están filtrando metros abajo a donde se encuentra la batería de pozos que abastecen de agua a la capital.
Allí se encuentran los ejidos Molino de Camou, Fructuoso Méndez, El Orégano, Jacinto López, San Juan San Bartolo y Mesa del Seri, donde se presentaron los nuevos casos por estar en contacto directo con el agua contaminada.
El presidente de la Unidad de Riego del ejido Molino de Camou, José María Tapia López, exigió a los representantes del Fideicomiso Río Sonora atención médica inmediata a los afectados; abastecimiento de agua potable libre de contaminación, e indemnización a los productores agrícolas que se perdieron el presente el ciclo de siembra por las restricciones impuestas al uso de agua.
“Cada día siguen saliendo enfermos… hace apenas unos días teníamos 17 y ya suman 20; fueron atendidos superficialmente en noviembre por la unidad médica estatal, Burbuja de la Salud, y después ya no volvieron”, acusó.
El miércoles 18, el comisionado federal para la Prevención contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), Mikel Arriola Peñalosa, afirmó que el número de afectados a la salud por el derrame minero se elevó a 235 casos.
El funcionario federal detalló que un total de 200 pacientes sufre daños dermatológicos; unos 23 presentan afectaciones gastrointestinales, y los 12 restantes reciben atención sicológica por crisis nerviosas.
“La cifra cambió de 37 a 235 de noviembre a enero porque se realizó una búsqueda intensiva de casos a través de unidades móviles, mismas que realizaron 10 mil consultas en 40 comunidades pertenecientes a los siete municipios afectados”, puntualizó.
Manchas en la piel
La ejidataria hermosillense Nadia Gómez Morado relató que en octubre pasado observó pequeñas erupciones en la piel que al paso del tiempo se convirtieron en manchas intratables con cualquier medicamento comercial y requieren de fármacos especializados.
“Es altamente perjudicial bañarse y tomar agua de los pozos contaminados pero en las comunidades rurales no tenemos otra opción”, lamentó.
La representante de las ONG sonorenses, Rosa María O’ Leary, dijo que los representantes del Fideicomiso Río Sonora han guardado “un silencio criminal” sobre la contaminación de las cuencas sonorenses.
“Grupo México pagó por adelantado a cinco instituciones para monitorear la calidad de agua en el río y ahora todos callan; por tal motivo los investigadores se han convertido en mercenarios ambientales”, denunció.
Información: Proceso