Debido al sin número de escándalos y grillas destructivas ocasionadas por el propio “fuego amigo” que se vive al interior Comité Directivo Estatal del PRI, Sinaloa, los movimientos comenzaron a darse; señal inequívoca de los nuevos acomodos rumbo al 2021: «mismos que podrían en breve, alcanzar a guillotinar la cabeza de su presidente Jesús Valdés».
Parece que ahora si la voz de mando que pedía a gritos el priismo sinaloense a decidido poner orden y empezar a apagar los fuegos que en las últimas semanas han mantenido literalmente en llamas al instituto político ubicado por el bulevar Madero en pleno centro de la capital, Culiacán.
No quepa duda que el movimiento generado en el Instituto Reyes Heroles (IRH) que dio fin al
diligente y oficioso trabajo desarrollado por Paola Gárate Valenzuela, sería una primera señal en aras de reorientarle el rumbo al Partido, y lo que viene a confirmarlo es, también el movimiento solicitado para el cambio de la dirigencia del Organismo Nacional de Mujeres Priistas de Sinaloa (ONMPRI) ocupado por la actual diputada Mónica López Hernández.
Y es que no es para menos, esta semana le ha llovido sobre mojado a las huestes tricolores, por un lado, el grupo identificado con Sergio Torres sigue minando los pasillos, enfrentando Sectores y Organizaciones, mismos que deberían de dar fortaleza al PRI, y por otro, se da a conocer por los medios que la Comisión Estatal para el Acceso a la Información Pública (CEAIP) que el Partido ocupa, ni más ni menos, que «el último lugar en trasparencia en Sinaloa». Es decir; es el partido menos transparente.
En contra parte, el PRI Nacional presidido por Alejandro Moreno Cárdenas en diferentes ocasiones –incluido éste último año–; el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) le otorgó la máxima calificación, equivalente a el 100%, es decir, lo contrario al ente sinaloense; lo calificó como el Partido más transparente de México.
Situación que desde luego, y con miras al proceso que se avecina para el año 2021, no favorece en nada a las pretensiones del “carro completo” del que habló en su intervención Alejandro ‘alito’ Moreno durante el consejo político estatal del pasado 22 de agosto realizado de manera virtual.
Entonces, de perpetuarse la separación ‘estratégica’ de Jesús Valdés a la dirigencia estatal del PRI en los próximos días o semanas como se especula, se prestaría para dos cosas: por un lado, la de los optimistas; que se vea como una salida airosa y en pro, para que empiece a prepararse para su próxima candidatura al gobierno del Estado, y por el otro, la de los pesimistas; la de ser cesado por su incapacidad de controlar con temple, carácter y liderazgo real los caldeados ánimos del organismo estatal.
A decir verdad, para nadie es desconocido que el estilo de dirigencia que ha impregnado “Chuy” Valdés por toda la geografía sinaloense ha sido la del trabajo, sin embargo, también la del enfrentamiento con las diferentes corrientes de expresión, en virtud de que gusta de solo favorecer a como dé lugar a los identificados con los de su grupo y en algunos municipios con la Asociación Fuerza Sinaloense.
Si no, nada más bastaría con analizar lo qué pasó en la dirigencia del PRI Municipal en Culiacán, donde pudiendo dar cabida a otras expresiones, decidió imponer a Julio Osuna Chaidez, quien no es que no tenga los méritos o sea malo, sino que debió haber aprovechado para tomar en cuenta a otros grupos.
Finalmente, entendemos que el futuro en la vertiente que éste sea para Jesús Valdés, no hay duda que está en las mismísimas manos del gobernador Quirino Ordaz Coppel.
Así que muy vigilantes que los movimientos a partir de hoy estarán a la orden del día. Y serán, ¡pésele a quien le pese!
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