Coatzacoalcos, Veracruz— La construcción de barcos es una tarea cotidiana en el astillero número 3 de la Secretaría de Marina (Semar), pero por primera vez y de manera simultánea los marinos edifican cuatro embarcaciones recolectoras de sargazo.
Con base en un diseño mexicano elaborado por ingenieros navales de la Semar, un grupo de 30 marinos, que integran el primero de tres turnos, trabajan en la fabricación de los cuatro barcos sargaceros, cuya longitud será de 15 metros, una anchura de 5.40 metros, y navegarán a una profundidad de entre 40 y 80 centímetros con un peso de 20 toneladas.
Cada embarcación contará con dos motores de fuerza, será tripulada por cuatro personas y estará equipada con un sistema de recolección de sargazo en altamar.
El costo de cada uno de los barcos sargaceros es de 7.5 millones de pesos y forman parte de la estrategia del Gobierno federal para enfrentar el fenómeno atípico que afecta al Caribe mexicano.
Los trabajos se desarrollan al interior de la nave de construcción naval del astillero número 3, donde hoy se registra una temperatura de 29 grados.
Aquí, el personal naval está distribuido en cuatro fases: fabricación, ensamble, levantamiento y alistamiento.
Los marinos de la fase de fabricación están concentrados en apurar la manufactura de las 2 mil piezas que se requieren para cada embarcación: cubiertas, bases, cuadernas, mamparos y demás estructuras.
En la fase de ensamble, el personal está enfocado en unir y soldar las piezas fabricadas para conformar los distintos módulos de la embarcación.
Una vez ensamblados, esos módulos pasan a la etapa de levantamiento, donde se incorporan a su base para que queden unidos. En este caso, los pontones se unen entre sí por medio de la cubierta de carga.
Ya en la etapa de alistamiento, los marinos instalan la maquinaria. Cada barco se equipa con una grúa de cinco toneladas, un sistema de lavado de la macroalga, tres bandas transportadoras para sargazo y sacos de 600 kilos para la recolección.
“En la parte delantera de la embarcación llevará una rampa mediante la cual el sargazo será obligado a subir casi a la altura de la cubierta del barco, donde existirá una banda transportadora que continuamente estará jalando el sargazo y concentrándolo en la parte más alta de un tolva para que a partir de allí sea escurrido y encostalado”, explica el contraalmirante Jorge Daniel Zamora Vuelvas.
Cada barco sargacero, continúa, podrá realizar hasta cuatro viajes en un día y en cada traslado tendrá capacidad para recolectar un máximo de 20 toneladas de sargazo.
Previo a su recolección, el sargazo pasará por un sistema de lavado integrado al barco sargacero, con la finalidad de reducir riesgos de contaminación.
Se prevé que el primer barco sargacero entre en operación a principios de octubre y los tres restantes lo harán de manera escalonada, con un desfase de hasta 15 días entre uno y otro.
Una vez que la primera embarcación sargacera termine de construirse, será trasladada por carretera desde Coatzacoalcos hasta Chetumal para ponerla a flote y, con apoyo de otros buques de la Armada, se remolcará
hasta la zona de operación en la costa del estado de Quintana Roo, entre Cancún y Tulum, principalmente.
“Son aproximadamente 200 metros los que se alejarán de la costa, que es aproximadamente donde están instaladas las barreras de contención”, afirma el contraalmirante.
Aunque los marinos tienen claro el método de acopio de sargazo en altamar, desconocen el destino final de la macroalga una vez que sea recolectada, pues su labor concluirá depositándola en vehículos que la recibirán en tierra.
“Cada vez que se llene una embarcación de sargazo, llegará a tierra y con ayuda de una grúa articulada de cinco toneladas puede depositarlo directamente en los vehículos que estén en el muelle”, expone el contraalmirante.
El trabajo de los marinos que están concentrados en la nave de construcción naval se desarrolla de manera ordenada entre muros que les recuerdan los valores de la institución a la que pertenecen: “Soy honesto”, “Soy puntual”, “Soy disciplinado”, se lee.
Acostumbrados a la construcción de barcos de entre 50 y 100 metros de largo, los marinos ubican a las embarcaciones sargaceras en la clasificación de “menor escala”, ya que su longitud será de apenas 15 metros.
En 1943 se construyó en este astillero la primera embarcación con una longitud de 50 metros, pero en la historia de la Semar se han edificado barcos de hasta 105 metros de longitud.
No obstante, para los marinos del astillero número 3 es un orgullo fabricar las primeras embarcaciones sargaceras mexicanas.
“Es un reto muy importante. Aunque hemos construido embarcaciones de mayor porte, este astillero se ha distinguido por tener mano de obra calificada”, reconoce el teniente de corbeta David Arturo Cobos.
Mientras continúan trabajando entre pontones de acero que serán usados como embarcaciones flotantes, los marinos comentan entre sí que su mayor satisfacción será ver sus barcos sargaceros en altamar recolectando sargazo y bajo la referencia de construcción en el astillero número 3 de la Semar.
Información: Diariomx
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