Desde hace mucho tiempo se ha tenido la creencia de que la ingeniería es una carrera meramente de corte masculino, no obstante, la historia ha demostrado que la ingeniería no es cuestión de género, pues las mujeres han venido aportado un valor muy importante a esta profesión rompiendo a través de su vocación moldes y estereotipos, ejemplo de ello, son las ingenieras universitarias Marlene Santiesteban Mojardín y Zoe Flores, a quienes su capacidad y amor por esta disciplina las ha llevado a abrirse camino en el área de la ingeniería.
Para la docente y egresada de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), Marlene Santiesteban el gusto por la ingeniería nació desde pequeña, al crecer dentro de una familia dedicada a la construcción, cariño que creció con el paso de los años convencida de que se forjaría un futuro dentro de la ingeniería.
“Es una profesión muy noble en el aspecto de que podemos nosotros dejar huella no nada más en la cuestión de lo que se desarrolla sino también aportando para el día de mañana en el futuro de nuestra sociedad”, expresó.
Compartió que, aunque mucho se dice que este campo de estudio está más enfocado a que lo ejerzan los varones, para ella el género no ha representado un obstáculo, ya que dijo durante su paso por las aulas universitarias siempre contó con el apoyo de las y los profesores quienes con sus enseñanzas, aportes y consejos la motivaron a siempre desempeñarse con ética, responsabilidad y profesionalismo, valores que, le han permitido evolucionar como ingeniera.
“El ser mujer o el ser hombre no debe de ser algo que a nosotros nos limite al momento de decidir una carrera, en realidad nosotros deberíamos de hacer un análisis de nuestra persona, cuáles son nuestras capacidades, qué facultades tenemos, los conocimientos, toda la serie de bondades o cualidades que tenemos nosotros y que nos hacen a fin a una carrera, en este caso, a mí desde siempre fue la ingeniería lo que me llamó y sinceramente nunca me limitó el hecho de ser mujer”, externó.
Manifestó que, si bien el camino no ha sido fácil, las bases y el ejemplo que le dieron sus padres, así como el apoyo de su pareja han hecho posible que pueda combinar y ejercer de manera plena los roles de hija, hermana, esposa, mamá y profesionista.
A su vez la profesora de la Licenciatura en Ingeniería en Procesos Industriales, Zoe Flores compartió que su interés y pasión por la cuestión de mejorar la calidad en los productos y procesos hicieron que se inclinara por esta profesión que, aun y cuando le ha presentado diversos desafíos también le ha dejado grandes satisfacciones.
“La experiencia no es nada más saber el significado de las cosas y de cómo se hacen, sino de tener el conocimiento de cómo llegar a trabajar en equipo y cómo hacer que el equipo acepte el cambio, esos son los desafíos principales que se presentan como ingeniera mujer donde tú llegas y donde el campo laboral a lo mejor es un 70 por ciento masculino y un 30 por ciento femenino”, consideró.
El impulso de su familia, su determinación y deseos de salir adelante la llevaron a superar toda clase de barreras sociales y culturales demostrando que el ser mujer no es razón ni impedimento para construirse un futuro como ingeniera, por ello motivó a todas aquellas mujeres que estén dudando en estudiar una ingeniería o que han abandonado su vocación, a no dejarse llevar por los estereotipos, pues enfatizó que no existen limitantes cuando se tiene la capacidad, la actitud y el amor por esta profesión.
“Si tú traes el empoderamiento como una habilidad blanda desde pequeña, tú puedes llegar y pararte en cualquier ámbito de ingeniería, de la ciencia, de todo lo que una mujer quiera abrirse espacio”, dijo.