Ciudad de México.- Andrés Manuel López Obrador rindió protesta como presidente de México este sábado 1 de diciembre, a las 11:22 horas, y en su primer discurso al mando del Ejecutivo prometió acabar “con el predominio de la más inmunda corrupción pública y privada”, aunque dijo que no habrá una persecución contra funcionarios del pasado.
“Propongo al pueblo de México que pongamos un punto final a esta horrible historia, y mejor empecemos de nuevo”, dijo López Obrador sobre la corrupción, aunque también mencionó que la ciudadanía podrá expresarse sobre este punto y otros, por medio de consultas, y que dejará que las autoridades desahoguen los casos que ya tienen en marcha, con absoluta libertad.
Perseguir a funcionarios del pasado señalados por corrupción, dijo López Obrador, es apostar “al circo y a la simulación”, por lo que prefiere dedicar esa energía a transformar otros aspectos al país.
“Siendo honestos como lo somos, si abrimos expedientes dejaríamos de limitarnos a buscar chivos expiatorios, como se ha hecho siempre, y tendríamos que empezar desde mero arriba”, apuntó.
“No habría juzgados ni cárceles suficientes y lo más serio, meteríamos al país en una dinámica de fractura, conflicto y confrontación, y ello nos llevaría a consumir tiempo, energía y recursos que necesitamos para emprender la regeneración verdadera y radical de la vida de México, la construcción de una nueva patria, la reactivación económica y la pacificación del país”, expresó el mandatario federal.
“Estamos ante un asunto político de Estado y, como tal, debemos enfrentarlo. Mi postura al respecto la definí con toda claridad desde la campaña, dije que no es mi fuerte la venganza y si bien no olvido sí soy partidario del perdón y la indulgencia”, agregó.
Se pueden castigar los errores del pasado, pero lo fundamental es evitar los delitos del porvenir, añadió.
“Es más severa la condena al régimen neoliberal… que someter a procesos judiciales o a juicios sumarios a sus personeros. Quienes a fin de cuentas no dejan de ser menores ante la esperanza de todo un pueblo y una nación como la nuestra”, señaló, además de referir que como mandatario, si sus familiares más cercanos cometen delitos, serían juzgados como cualquier otro ciudadano.
Al expresar su postura sobre la corrupción, se escuchó en la Cámara el conteo del 1 al 43, de parte de legisladores de oposición, en referencia al caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, que ha permanecido impune, sin que haya algún sentenciado.
López Obrador anunció al respecto la creación de una comisión de la verdad, para el caso Ayotzinapa, lo que ya había adelantado el subsecretario Alejandro Encinas.
Marko Cortés, presidente del Partido Acción Nacional (PAN), acusó que López Obrador hizo un pacto de impunidad, al decir que no se actuará contra funcionarios del pasado.
“De forma completamente descarada e incongruente quedó claro el #PactodeImpunidad de @lopezobrador_ El señor Presidente sigue sin entender que para combatir la corrupción, hay que combatir la impunidad”, publicó Cortés en Twitter.
Durante la ceremonia, el legislador Emilio Álvarez Icaza mostró una pancarta con la leyenda “Juicio a Peña”. El senador panista Gustavo Madero también se manifestó, con una cartulina que decía: “Ni perdón ni olvido”.
El nuevo mandatario federal comenzó su discurso mencionando que “hoy no solo inicia un nuevo gobierno, hoy comienza un cambio de régimen político”, e insistió en culpar al modelo económico neoliberal por los problemas del país, al considerar que ha sido un “desastre”, una calamidad.
“Se acabará con la corrupción y la impunidad que impiden el renacimiento de México”, prometió López Obrador. “La crisis de México se originó no solo por el fracaso del modelo neoliberal, sino también por el predominio de la más inmunda corrupción pública y privada”, agregó, para luego insistir en que su gobierno pondrá en primer lugar a los pobres.
“Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes y de la pequeña minoría que ha lucrado con el influyentismo. Esa es la causa principal de la desigualdad económica y social, y también de la inseguridad y la violencia que padecemos”, expresó.
En diferentes momentos, partidos de oposición mostraron pancartas o lanzaron gritos de reclamo. Legisladores del PAN, por ejemplo, exigieron “Que baje la gasolina”, “Democracia sí, autoritarismo no”. En cuanto a la gasolina, López Obrador sí dio una respuesta directa.
“Ahora resulta que los que aumentaron el precio de las gasolinas están pidiendo que baje”, les dijo López Obrador, para luego prometer que cuando se termine la refinería en Tabasco y se terminen de rehabilitar otras seis, bajará el precio de la gasolina en el país, y de todos los combustibles.
Defiende la Guardia Nacional
Aunque colectivos en México y organismos internacional han expresado su rechazo a la militarización de la seguridad pública, el presidente López Obrador defendió la creación de la Guardia Nacional, que en su propuesta incluye la incorporación de elementos de policía militar y naval.
López Obrador pidió al Congreso que, con carácter urgente, apruebe la reforma que permita a militares intervenir en labores de seguridad pública, aunque reconoció que es un tema polémico, y aceptó que no todos los integrantes del Ejército han tenido una conducta intachable,.
Sobre porqué implementar la Guardia, López Obrador dijo que la Policía Federal es en la actualidad un agrupamiento de apenas 20 mil efectivos, que carecen de disciplina y profesionalismo.
“No tenemos policías para cuidar a los ciudadanos”, dijo López Obrador. En el caso de las Fuerzas Armadas, defendió, no se han formado “minorías corrompidas, como pasa en otros ámbitos del poder”, y además tienen respaldo de la opinión pública.
Previa preparación y capacitación para el respeto a los derechos humanos, y con la implementación de protocolos para el uso de la fuerza, el Ejército y la Marina pueden ser instituciones fundamentales, para seguridad nacional e interior, pero también para la seguridad pública, aseguró.
Cerca de las 12:45 horas de este sábado, López Obrador concluyó su mensaje, y en las próximas horas estaba previsto que acudiera a Palacio Nacional y luego a una celebración en el Zócalo.
En las instalaciones de la Cámara de Diputados, luego de que los líderes de bancada hicieran sus posicionamientos -los partidos de oposición coincidieron en alertar contra los riesgos de abuso de poder y omnipresencia del Estado-, Enrique Peña Nieto entregó la banda tricolor al presidente de la Mesa Directiva, Porfirio Muñoz Ledo, quien después la transfirió a López Obrador, para que inicie su mandato de seis años.
“Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”, dijo el político de Morena, cumpliendo el protocolo en el Palacio Legislativo de San Lázaro, donde estuvieron los integrantes de las Cámaras de Diputados y Senadores, además de cientos invitados especiales, entre ellos mandatarios como Evo Morales, y en representación de Donald Trump su hija, Ivanka.
“¡Sí se pudo!”, gritaron los legisladores de Morena, cuando López Obrador ya había rendido protesta.
A su llegada a la Cámara de Diputados para entregar la banda presidencial, Peña Nieto fue recibido por algunos legisladores priistas con el grito de “Peña, Peña, Peña” y aplausos. Además se tomaron selfies con él. Peña Nieto tuvo que esperar al menos 10 minutos, a que llegara López Obrador al recinto.
Antes de que López Obrador tomara protesta, en sus posicionamientos, partidos de oposición pidieron al nuevo presidente evitar caer en el abuso de poder, y criticaron acciones como la consulta para el aeropuerto.
“La omnipresencia del Estado no es la solución”, dijo el senador del PAN, Mauricio Kuri. “México no será el próximo Venezuela”, agregó el legislador, cuyo partido colocó una manta en el Palacio Legislativo, en contra de que acudiera Nicolás Maduro. Cuando López Obrador mencionó la asistencia de un representante del presidente venezolano, en el recinto se escuchó el grito de “dictador”.
México “no es, ni puede ser, un país de caudillos. El populismo conlleva pobreza y anarquía, eso no lo queremos en México. El país no se conduce con ocurriencias, arrebato y caprichos“, mencionó en su oportunidad el coordinador de los diputados priistas, René Juárez.
López Obrador salió a las 10:22 horas de su casa en la colonia Toriello Guerra, en la alcaldía de Tlalpan, para dirigirse al Palacio Legislativo de San Lázaro.
A bordo de un Jetta color blanco, López Obrador salió vestido con un traje oscuro de su domicilio localizado en la calle de Cuitláhuac número 90, saludó a quienes le esperaban para corear su nombre, y enfiló rumbo a calzada de Tlalpan para dirigirse a la sesión del Congreso General, a la que llegó cerca de las 11:15 horas.
El presidente iba acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller y de su hijo más pequeño, Jesús Ernesto López Gutiérrez.
Información: animalpolítico.com
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