MÉXICO, D.F.- El Juzgado Cuarto de Culiacán, Sinaloa, dictó formal prisión contra Jaime Eduardo Carrillo Quevedo, El Niño de Oro, sobrino de Amado Carillo Fuentes, El Señor de los Cielos, por el secuestro agravado del empresario restaurantero Ernesto Valdez.
Junto con él fueron declarados formalmente presos Luis Alberto Pérez Jacobo, José de Jesús Sosa Paredes y Juan Luis Castro Godoy, presuntos integrantes de la banda delictiva.
Según el procurador del estado, Marco Antonio Higuera Bernal, la banda de secuestradores que lideraba El Niño de Oro mataba a sus víctimas aunque cobraran el rescate. Sólo una de sus víctimas fue liberada tras cobrar el rescate y sólo porque se trataba del abuelo del jefe de la célula criminal, sin embargo el que fue a pagar el rescate fue asesinado.
El juez encontró elementos suficientes para procesarlos y les notificó la formal prisión la mañana de este martes, alrededor de las 11:20 horas al interior del Centro de Ejecución de las Consecuencias Jurídicas del Delito en Culiacán.
En tanto, familiares de Carrillo Quevedo interpusieron una denuncia ante las comisiones Estatal y Nacional de los Derechos Humanos por presuntas torturas realizadas por autoridades contra los detenidos. Además analizan la posibilidad de trasladar a los cuatro jóvenes a otro penal.
La tarde del pasado 20 de abril, alrededor de las 15:00 horas se registró un enfrentamiento entre presuntos delincuentes y elementos de distintas corporaciones policiales en la colonia San Carlos, en Culiacán, durante dos horas.
Según la versión oficial, el tiroteo fue producto de un operativo a cargo de la Unidad Antisecuestros para rescatar a una víctima que derivó en la muerte del plagiado y tres delincuentes.
Más tarde se supo que el líder de la banda era el hijo del extinto narcotraficante Rodolfo Carrillo y sobrino de Amado Carrillo y que la víctima ultimada en el enfrentamiento habría sido plagiada desde el 11 de abril por seis sujetos, cuatro de ellos puestos a disposición de un juez penal.
El día de su detención el joven capo se identificó como Jaime Eduardo Quevedo Gastélum. Utilizaba los apellidos de su madre para pasar desapercibido.
Carrillo Quevedo es considerado por la Procuraduría del estado como un hombre “sanguinario”.
Información: Proceso