Guamúchil, Sin. Inevitable es entregar completamente la atención a las pequeñas tumbas que dan un toque distinto a los panteones, específicamente en el Panteón Viejo de esta ciudad en donde se encuentran los restos de menores de edad que perdieron la vida desde los años mil ochocientos, algunos de forma trágica y otros por complicaciones de salud, lo cierto es que un deceso de esa magnitud hace temblar la integridad de cualquier familia .
Según el panteonero del lugar, José López, son las tumbas de niños y jóvenes las más visitadas, pues los familiares les cuesta más trabajo desprenderse de ellos, sobre todo los primeros años de que inician sus viajes sin retorno.
Pequeños angelitos adornan las tumbas infantiles, haciendo referencia a la pureza de su alma y a la creencia de que cuando un niño muere se convierte en parte de las figuras angelicales de la corte celestial. El dolor por aquella perdida de una vida que apenas iniciaba, quedó impreso en las diminutas lápidas y provoca un sentimiento de mayor respeto. En algunas hay desgarradores mensajes que solo quienes trajeron al mundo a esos seres podrían emitir, mensajes que algunas personas se detienen a leer y hasta hay quienes secan sus lagrimas de las mejillas trastornados por el dolor ajeno. Y es que es difícil comprender como es que una criatura inocente y con toda la vida por delante deje de existir y termine en las tinieblas de un frío camposanto.
Por otro lado, existen las tumbas de los jóvenes; muertes no menos dolorosas a las de un niño. Éstas se caracterizan en su mayoría por lonas con sus fotos impresas en el esplendor de su juvenal, todas en momentos felices en donde los jóvenes ahora sin vida, irradian esperanza, felicidad y ese toque que solamente un joven podría tener en su mirada. En algunas de estas hay mensajes de sus compañeros de clases, fotografías, trofeos, medallas y regalos. Un caso especifico es una muerte joven de gran relevancia en la ciudad, que aún impacta: “Melina”, una de las jóvenes que perdiera la vida aquel funesto 13 de julio del año 2008, cuando un grupo armado asesinarìa a 11 personas entre ellos cinco menores de edad, “Melina”, viajaba en la caja de uno de los cinco vehículos atacados aquella madrugada. Su tumba aseguró el panteonero, es una de las más visitadas del panteón, siempre está limpia y tiene globos, sus familiares, en especial su madre aun llora su partida, después de siete años de aquel hecho que impacto a propios y extraños.