Guamúchil, Sinaloa. Caminaron por el bulevar Antonio Rosales con cartulinas en mano, vestidos de negro y con una convicción generalizada llamada justicia, quienes marcharon en memoria a los 43 normalistas en Guamúchil fueron niños, jóvenes, estudiantes y maestros.
“Ahorita he visto en facebook como la noticia principal es ¡aaah no hay tanta gente!, pero el mensaje en concreto es alzar la voz para que se haga justicia, para todos los desaparecidos, para todos los asesinados” puntualizó el activista, Daniel Cárdenas.
Una vez reunidos los participantes a la marcha emprendieron camino rumbo al palacio municipal en donde se plantaron e hicieron el pase de lista para los 43 normalistas desaparecidos.
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“Nosotros como jóvenes venimos apoyar este tipo de causas, de alguna sumar los esfuerzos para que se tome en cuenta el caso” Gustavo Pérez.
“Por qué la marcha, por que estamos cansados que este gobierno no respete la vida de los seres humanos, estamos hartos de la corrupción, una patria para todos justa, noble y sin corrupción” Martín Bañuelos
“Tenían un futuro por delante, no es justo esto que pasó, y hay que procurar que se haga justicia, en su momento se solidarizaron conmigo y es el momento de corresponder” afirmó Hugo Báez, padre de Anel Báez.
Con una voz generalizada todos los simpatizantes se solidaridad con las familias de los estudiantes que aún aclaman su justicia al gobierno y también, brindaron información algunos voluntarios de la marcha y a su vez expresaron su inconformidad ante el sistema político de México.
Violencia, latente
Este es un día cualquiera en Iguala, Guerrero, a casi un año de aquel 26 de septiembre, cuando policías municipales y el grupo criminal Guerreros Unidos agredieron a normalistas de Ayotzinapa, así como a jugadores del equipo de futbol Los Avispones, que tuvo un saldo de 43 normalistas desaparecidos, seis personas asesinadas y decenas de heridos.
Habitantes de esta ciudad aseguran que aun con la presencia del Ejército, la Policía Federal y la Gendarmería Nacional la violencia no disminuye.
La ciudad identificada como “cuna de la Bandera Nacional”, padece los mismos problemas que cuando gobernaba el alcalde José Luis Abarca (PRD) y su esposa María de los Ángeles Pineda, quienes son procesados por la desaparición forzada de los 43 normalistas y por sus vínculos con el crimen organizado. Las ejecuciones y asesinatos ocurren a plena luz del día.
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