Angostura, Sinaloa. – Lo vivido por Ángel Mayor, quien naufragó durante 15 días a la deriva sobre las aguas del Mar de Cortés y que fue rescatado por pescadores de Playa Colorada en Angostura, considera ha sido su experiencia más extrema durante los 65 años que lleva navegando, desde sus inicios cuando tenía apenas 8 años, toda una vida en el mar como viajero e instructor de barcos de vela.
Desde el día 30 de julio en punto de las 4 de la tarde que zarpó de San José del Cabo, hasta su rescate frente a las costas de Angostura, Ángel comenta que pasó momentos muy difíciles, la prueba de supervivencia más difícil que le haya tocado experimentar, la cual pudo superar y agradece por la ayuda recibida de parte de Mauricio y sus amigos que lo rescataron a tiempo, ya que el agua y el alimento (galletas, mermelada y café), estaba por agotarse, quizás sólo le hubiera alcanzado para dos días más, de ahí en adelante ya no sabe que hubiera pasado.
Lamenta que nadie haya dado respuesta a su solicitud de auxilio, cuando se sintió en problemas en medio del mar, las llamadas a las capitanías de Puerto y embarcaciones que alcanzó a observar simplemente hicieron caso omiso.
“Podría ser planetario el problema, falta de solidaridad humana”, dijo.
Sobre su embarcación “Ángel Navegante”, Ángel Mayor comenta que fue una tarea física titánica que superó sus fuerzas y su cuerpo, pero que sin embargo con la ayuda de Dios, obtuvo fuerzas para poder mantenerse de pie y evitar que la embarcación se fuera abajo ante el desperfecto sufrido en la transmisión y estar a la deriva ante amenazantes tormentas que lo movían cual corcho sobre el agua.
“El mayor conflicto que tenía era no dejarme caer, no dejarme desmayar porque sabía que si eso ocurría el barco se iba para cualquier lado.
Yo decía tengo que salir bien, no sé de dónde sacar fuerzas y de donde mantenerme a nivel corazón, respiratorio etcétera, de tal forma de superar esta prueba física y así fue, obviamente gracias al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, no tengo ninguna duda de eso”, dijo.
EL RESCATE.
El observar una embarcación pequeña cercana al velero, llenó de fuerzas a Ángel para salir y con una prenda (pantalón) en la mano, gritar con las pocas fuerzas que le quedaban implorando ayuda, ayuda que llegó en ese momento con Mauricio y sus amigos pescadores.
Lo que para muchos un viernes 13 es día de mala suerte, para Ángel significó el día más importante de su vida, al ser el día en que fue rescatado de lo que pudo ser su peor travesía.
La emoción se volvió melancolía también, luego de que por falta de combustible no podían remolcarlo junto a su embarcación el día viernes, por lo que había que dejarlo y regresar al siguiente día por él, sintiendo temor de que no regresaran a apoyarlo, situación que lo orilló a realizar una carta con coordenadas y números de teléfono para que la hicieran llegar a amigos de él en capitanía de puerto en Mazatlán para que acudieran en su ayuda, lo cual no sucedió, ya que para el sábado los pescadores regresaron por él.
“Fue una emoción tremenda, un agradecimiento a la vida que me permitía seguir en la jugada, al llegar ellos supuestamente ya estábamos viniendo a casa, donde quiera que fuera la casa, pero en ese momento no se pudo, tuve que quedarme otro día más ahí que creo fue el día más largo de todo el recorrido, con la incertidumbre si Mauricio iba a poder regresar o no, pero afortunadamente de golpe veo las dos lanchas aparecer y una emoción tremenda… ”.
“… confié en que las cosas iban a ocurrir de la mejor manera y que no me iban a dejar ahí abandonado y así fue y pues un agradecimiento infinito”, dijo Angel Mayor.
Quién ya descansa al interior de su embarcación anclada en el estero de Playa Colorada comentó que de tantos planes que ha hecho en su vida, desde que regresó Mauricio por él, dijo que a donde lo llevara sería el lugar perfecto, y afirma que el lugar donde está ahora es una especie de México mágico por la belleza de la zona de Playa Colorada.
“Creo que esto fue una prueba de supervivencia que se me puso enfrente para ver qué pasaba y gracias a la vida la superé”.
Nacido en Argentina pero radicado en México por más de 40 años, con voz entrecortada dice que su única familia son las personas que tiene próximas, ya que no cuenta con familiares en este país.
Al encontrarse su barco averiado, no contar con ningún familiar en México, y que los planes divinos fueran llegar a Playa Colorada, considera que, si en esos planes divinos está que el Barco Escuela pueda servir como centro de reunión, ayuda, turismo, pesca, lo recibirá con mucho gusto, ya que cualquier recurso que pueda recolectar le servirá para comprar alimento, reparar la embarcación y pagar la gasolina que se requirió para rescatarlo.
Para quien así lo desee ayudar Ángel Mayor proporciona su número de teléfono 99 94 19 43 23, y así puedan contactarlo y poderlo ayudar a salir adelante al no contar con recursos ni siquiera para adquirir alimentos.