(ANSA) – CIUDAD DE MÉXICO – El circo mexicano se niega a morir luego de que una ley aprobada en 2015 por el Congreso prohibió el uso de animales en sus pistas por considerar que eran objeto de malos tratos, lo que le arrebató una de sus principales atracciones, sobre todo entre los niños.
Para empeorar su situación, la Asamblea Legislativa de la capital aprobó el pasado día 1 también una normativa que veta todo espectáculo de delfines y cualquier otro tipo de mamíferos marinos, que pronto podría extenderse a todo el país.
Uno de los más icónicos circos mexicanos, Atayde, con 129 años de existencia, sigue sin embargo funcionando con éxito aunque con menos asistentes que antes.
Sin embargo, bajo la premisa de que “el show debe continuar”, los dueños de esta empresa decidieron renovar el espectáculo e intentar sobrevivir a los nuevos tiempos.
Celeste Atayde, directora de mercadotecnia de la compañía, señaló que los animales con que contaban fueron llevados a refugios donde siguen pendientes de su cuidado.
Los leones, elefantes, tigres y monos ahora son sustituidos por rutinas cada vez más audaces donde se pone a prueba la posibilidad del hombre de hacer actos que desafían las leyes de la gravedad o su capacidad de resistencia y fuerza.
“Los artistas del circo luchan por revivir la tradición”, afirma el payaso Javier Nieto, quien se dedica a organizar talleres acerca de “cómo enfrentar la vida desde este oficio”.
Nieto, con pocos años como malabarista y payaso, una actividad a la que dijo haber llegado “por azares del destino”, reconoció que “es muy difícil vivir” en el negocio sin animales.
Sin embargo, fue precisamente la prohibición de los animales lo que hizo más populares a los modernos bufones, aunque abunda la improvisación, por lo que Nieto estima que “se necesita amor y pasión, porque en realidad no hay trabajo”.
México fue uno de los últimos países en legislar para prohibir el uso de animales en los circos, pues en países europeos como Francia, España e Inglaterra se habían proscrito desde hace más de una década.
Para Nieto, “renovarse o morir” es la clave en estos nuevos tiempos y puso como ejemplo el famoso Cirque du Soleil, que “ha impactado al mundo”.
“Así es como podremos hacer resurgir la cultura de los circos en México”, indicó el payaso.
Christian Vertti y Karla Ragazzo, mexicanos de ascendencia italiana, que forman parte de la tercera generación del circo Luxor, consideran que con “empeño, amor y pasión” buscan que su oficio resista a esta nueva etapa.
El circo fue víctima de una campaña lanzada por el Partido Verde Ecologista de México, una de las organizaciones políticas más cuestionadas por el movimiento ecologista, pero que logró que se prohibieran los animales en los espectáculos de las carpas.
“Esta ley ha representado un duro golpe para estas familias, pues los grandes felinos representaban uno de los mayores atractivos del circo y con su prohibición han disminuido las entradas”, afirmó Christian Vertti.
La legislación impide trabajar con animales silvestres, pero sí se pueden montar números con animales domésticos como los perros.
Algunos circos han logrado ganar recursos de “amparo” federales que les permiten eludir la legislación.
“Nosotros convivimos con los animales y nos encariñamos con ellos, la mayoría de los animales que hay en los circos nacieron en cautiverio y fueron criados por sus domadores”, afirma Christian.
Agrega que “hay más maltrato animal en zoológicos, peleas de gallos y corridas de toros”, y estima que la Ley del Partido Verde “es inconstitucional, pues mientras prohíbe a un sector” se lo permite a otros.
Con información de ANSA.
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