El funcionario que atrapó al hombre más buscado de México debió ser transferido con su familia a Estados Unidos para salvaguardar su integridad, después de que fuera objeto de amenazas y se concluyera que su vida estaba en peligro.
Paradojas de la vida, ambos están ahora en ese país, pero uno llegó extraditado y está siendo juzgado en una prisión de Nueva York, y el otro se encuentra en Washington realizando funciones oficiales, según informó el sitio en línea de la Cancillería mexicana.
Desde 2016, el agente fue nombrado enlace de la policía de México con Washington y ahora trabaja en la embajada azteca en esa ciudad. Aparentemente se trató de una promoción pero según otras versiones de fuentes oficiales citadas por un medio de prensa británico en realidad se le trasladó para protegerlo.
El jefe del equipo de agentes que logró la hazaña de recapturar a Guzmán cuando huía en ropa interior con uno de sus cómplices en un auto en Los Mochis, en el estado de Sinaloa, rechazó las promesas del llamado “rey de las drogas” de recibir fuertes sumas de dinero y propiedades a cambio de dejarlo libre.
Según versiones difundidas por la Policía Federal, Guzmán ofreció “empresas, casas y negocios” a los agentes de la División de Caminos que lo capturaron en la ruta Los Mochis-Navojoa.
El jefe criminal dio su palabra a los uniformados de que si lo dejaban ir junto con su lugarteniente, Orso Iván Gastélum, El Cholo, “se olvidarían de trabajar para toda su vida”, de acuerdo con el diario local Milenio.
“El Chapo”, que encabeza un imperio criminal con ramificaciones en más de 50 países y a quien se atribuyen al menos 3.000 asesinatos, había llegado lo suficientemente lejos como creerse a salvo, a sólo 10 kilómetros de la localidad de Che Ríos, municipio de Guasave, uno de sus bastiones.
Guzmán había huido de una mansión donde se había ocultado por un túnel oculto que daba a la red de drenaje, por lo que llevaba la ropa y el cuerpo completamente lleno de lodo y después había robado dos vehículos en su alocada huída, antes de ser atrapado por los agentes.
“¡Se van a morir todos ustedes! ¿No saben quién soy?”, le gritó a los policías cuando lo atraparon, según la reconstrucción que hizo el diario Milenio, y les advirtió que “me van a venir a rescatar”. “Va a haber un regadero de sangre, mejor déjenme ir, déjenme llegar a Chemoris”, les dijo el Chapo a los agentes, según contó después el Comisionado Nacional de Seguridad Renato Sales.
Joaquín Guzmán fue llevado a un hotel para ponerlo bajo resguardo mientras llegaban refuerzos de la Marina, pero siempre existió el temor latente de que fuera rescatado violentamente.
En su momento, el funcionario que encabezó la operación, cuyo nombre no fue revelado por razones de seguridad, fue colmado de elogios y condecorado por las autoridades, junto con los agentes que colaboraron en el operativo.
Pero luego se tuvo la certeza de que dejarlo en el país representaba un peligro para él y su familia.
El comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales, anunció poco después de la captura del entonces jefe del Cártel de Sinaloa, extraditado a Estados Unidos el 19 de enero pasado, la promoción de los policías por su labor.
“Les dijimos que son un ejemplo para la Policía Federal, un ejemplo para todas las policías de México y los vamos a condecorar, en una ceremonia privada sin revelar sus nombres por cuestiones de seguridad”, dijo Sales. “Los vamos a cuidar y a proteger, los vamos a trasladar”, indicó el funcionario. Se ignora quiénes son y donde están los otros agentes que participaron en el operativo.
Con información de ANSA
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