México.-El campo enfrenta un serio problema de envejecimiento, cerca de 60 por ciento de los productores agropecuarios tiene más de 60 años, lo que los mantiene debajo de la línea de bienestar y repercute en la baja productividad e incluso el abandono de la tierra.
La edad promedio de la Población Económicamente Activa (PEA) en México es de 38 años, pero en el sector rural ronda los 55 años. De acuerdo con la Encuesta Nacional Agropecuaria que elabora el Inegi, 36 por ciento (un millón 357 mil productores) de los 3 millones 798 mil tiene de 46 a 60 años. En tanto, 29 por ciento (un millón 110 mil) tiene entre 61 y 75 años.
El 9.4 por ciento (356 mil) de los productores agrícolas y ganaderos tiene entre 76 a 85 años y 1.5 por ciento (55 mil 942) es mayor de 85 años. En contraste, apenas 0.8 por ciento (31 mil 533) de los productores tiene menos de 26 años, y 23.4 por ciento (888 mil) tiene entre 26 y 45 años.
“El sector rural tiene una crisis crónica de décadas, donde se produce poco en condiciones de baja tecnología, porque tenemos un problema serio de envejecimiento de la población ocupada en el sector primario, debido a la emigración hacia las ciudades y hacia Estados Unidos”, reconoció Abel Pérez, director de la División de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh).
En tanto, Max Correa, dirigente de la Central Campesina Cardenista, advirtió que el envejecimiento de los agricultores mantiene en el abandono 5 millones de hectáreas susceptibles de ser cultivadas.
“Trae sobre todo un problema de falta de productividad, porque ya no pueden trabajar las parcelas, hay resistencias a aplicar nuevas tecnologías y en los últimos años, eso trajo el abandono de tierra que todavía tiene vocación agrícola, por la falta de rentabilidad y descapitalización que se vive en el campo”, indicó el dirigente campesino.
Según la Encuesta Nacional Agropecuaria, 24 por ciento de las unidades de producción en el país, tiene problemas en el desarrollo de sus actividades agropecuarias a causa de la vejez, enfermedad o invalidez del productor.
Además, 21 por ciento de las unidades declaró tener problemas por falta de acceso al crédito, 52 por ciento por falta de capacitación y asistencia técnica y 83 por ciento por falta de apoyos.
En el Análisis al Informe del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2012, se destaca que la evolución del financiamiento otorgado al sector agropecuario “es un indicativo del abandono en el que se encuentra el campo”.
Entre 2006 y 2012, el crédito al sector se redujo 8.4 por ciento en promedio anual y del total de la cartera de la banca de desarrollo, el sector solo recibió 0.14 por ciento en 2012, que contrasta con la proporción registrada en 1997, de 5.8 por ciento.
La evaluación elaborada por la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación indica que al ser considerado el sector menos rentable de la economía para la banca, las fuentes de financiamiento son muy escasas, por lo que “la situación de este sector es muy preocupante, debido a que es la fuente de alimentos de la población y, por ende, debe ser considerado un asunto de seguridad nacional”.
De tal forma, indica el documento, si bien es importante dotar de recursos al sector, “es aún más relevante consolidar una estrategia que permita canalizar adecuadamente el presupuesto para producir más y generar equidad”.
Por su parte, Abel Pérez, consideró que además de la falta de créditos, al emigrar los más jóvenes y con mayor instrucción escolar, la productividad en el campo se ve afectado por el bajo nivel de escolaridad que tienen las personas de edad mayor.
Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el descenso en el ingreso per cápita agropecuario repercutió en un crecimiento de la población en situación de pobreza, al pasar de 49.5 millones de personas en 2008, a 53.3 millones en 2012. La población con un ingreso inferior a la línea de bienestar en el medio rural llegó a 32.7 por ciento.
Información: Milenio