Guadalajara.- El primer implante de biopolímero en un humano benefició a una mujer de 68 años de edad que durante seis años estuvo sufriendo de una neuralgia del trigémino, no podía siquiera masticar alimento por los dolores de cabeza que le provocaba.
La salud de la mujer mejoró drásticamente con una investigación traslacional que le trajo beneficio inmediato, un implante hecho con el exoesqueleto de camarón.
Durante una década, biotecnólogos, bioquímicos, neurofisiólogos, neurólogos y neurocirujanos mexicanos estudiaron las bondades de la aplicación del implante que abraza el nervio afectado en el tejido cerebral, señaló el coordinador de investigación del Centro de Estudios Universitarios de Ciencias de la Salud en la UdeG, Adrian Daneri Navarro.
Los investigadores diseñaron un biopolímero derivado del exoesqueleto de crustáceos (quitosana) y lo implantaron en la mujer, funge como una membrana que protege el nervio y elimina los dolores de cabeza que incapacitan para desarrollar las actividades cotidianas.
(El implante) puede ejercer la protección mecánica o biomecánica para evitar la compresión directa hacia el nervio. Y los resultados a seis meses de evolución son notablemente prometedores. Prácticamente el dolor cedió en los primeros tres o cuatro días”, añadió el jefe del Departamento de Neurociencias del CUCS, Rodrigo Ramos Zúñiga.
Los investigadores explicaron que, tras el avance en este proceso, la población afectada por lesiones, traumatismos, y tumoraciones podrían acceder a este implante con bajo costo.
Información: Excélsior
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