MÉXICO, DF.- Sólo unas horas después de que fuera detenido, Joaquín El Chapo Guzmán Loera, líder del Cártel de Sinaloa, les ganó una batalla a los gobiernos de México y de Estados Unidos…
De acuerdo con fuentes vinculadas a la administración federal mexicana y a la defensa del capo, el viernes 8 logró que las autoridades estadunidenses no pudieran llevárselo inmediatamente y que fuera reingresado al Cefereso No. 1 El Altiplano, de donde hacía apenas seis meses se había fugado.
Según las personas consultadas, la familia y los abogados de Guzmán Loera se enteraron de su detención antes de que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, lo anunciara mediante su cuenta de Twitter. Desde los primeros minutos, eso le dio una ventaja importante a El Chapo y permitió a su defensa interponer amparos para evitar su extradición, incomunicación, tortura y malos tratos.
La información recabada asienta que cuando el avión que traía a Guzmán de Los Mochis, Sinaloa, aterrizó en el Aeropuerto de la Ciudad de México, llegaron enviados de Washington con la intención de llevarse al capo inmediatamente, lo que generó tensión con los elementos de la Secretaría de Marina que lo custodiaban. Los amparos interpuestos por la defensa del sinaloense imposibilitaron la deportación exprés.
Los entrevistados señalaron que la administración del presidente Enrique Peña Nieto no había considerado reingresar a El Chapo a El Altiplano, sino encerrarlo en el Campo Militar Número 1. No obstante, los defensores del narcotraficante lograron judicialmente que lo enviaran al mismo penal desde donde pudo manejar sus negocios antes de que se fugara el 11 de julio de 2015, según quedó acreditado en el expediente abierto por la huida –del cual esta revista tiene copia.
Con información de Proceso
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