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El maíz se prepara para una campaña que puede ser un punto de inflexión. Apostar con buenos materiales, una correcta fertilización, puede alcanzar en la Cuenca del Salado, resultados similares a la zona núcleo.
En este sentido, Infocampo dialogó con Esteban Melani, técnico del Inta de la Cuenca del Salado, y aseguró que “la superficie sembrada con cultivos de cosecha en la Cuenca del Salado se incrementó un 200% en los últimos 15 años, y si bien la brecha tecnológica es escasa respecto a la accesibilidad a materiales con alto potencial genético por parte de los productores, nos preguntamos cuáles son los rendimientos alcanzados respecto a la siempre envidiable “Zona Núcleo”.
Analizando los datos de los tres principales cultivos de verano (soja, girasol y maíz) aportados por el Sistema Integrado de Información Agropecuaria (SIIA) del Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación, hemos podido comparar información de 11 partidos de la Cuenca del Salado (Ayacucho, Azul, Castelli, Chascomús, Dolores, Gral Belgrano, Gral. Madariaga, Las Flores, Maipú, Rauch y Saladillo) con la de 5 partidos ubicados en el corazón de la Zona Núcleo Bonaerense (Pergamino, Rojas, Salto, Chacabuco y Colon) para las últimas 14 campañas agrícolas (2000/01 a 2013/14)”.
“Los rendimientos promedio son superiores en la Zona Núcleo en mayor o menor magnitud dependiendo del cultivo. Más allá de alguna inclemencia climática puntual, y poniendo la fertilidad edáfica como principal determinante, exponemos algunos puntos que pueden explicar aún mejor estas diferencias”, explicó Melani.
Por otra parte, y para hacer un análisis más exhaustivo del maíz, remarcó que “el rendimiento promedio del Maíz en la Zona Núcleo fue de 8.513 kg/Ha mientras que en la Cuenca fue de 6.254 kg/Ha, lo que representa el 73%. Si bien la diferencia es amplia, es aquel cultivo en el cual esperábamos observar contrastes aún mayores. Tengamos en cuenta que éste cultivo ha tenido márgenes económicos muy ajustados en el período de estudio, hecho que ha empujado a los productores de nuestra zona hacia el cultivo de la soja, disminuyendo la superficie sembrada de maíz, pero ocupando los mejores lotes, lo que posiblemente ha permitido el acortamiento de la brecha de los rendimientos con la Zona Núcleo”.
Girasol y soja, también. Respecto al girasol, Melani subrayó que “el rendimiento promedio de 14 años fue de 2.067 kg/Ha en la Cuenca del Salado, lo que representa el 84% del rendimiento obtenido en la Zona Núcleo (2.454 kg/Ha). En este cultivo observamos una escasa diferencia de rendimiento entre ambas zonas, la cual puede deberse, en parte, a su bajo potencial de rendimiento, lo que puede enmascarar las diferencias en calidad de suelo”.
Y continuó: “Debemos tener en cuenta también la presencia de la Aceitera Seda en la localidad de Lezama, la cual tiene influencia en que gran parte de los materiales de girasol que se siembran en la Cuenca sean “Alto Oleico”, que si bien presentan alto contenido de aceite de alta calidad, generalmente poseen un potencial de rendimiento menor a aquellos materiales convencionales”.
Por otra parte, el técnico resaltó que “en soja el rendimiento promedio en la Zona Núcleo fue de 3.399 kg/Ha, mientras que en la Cuenca del Salado alcanzó sólo el 67% (2.265 kg/Ha). Aquí ocurre lo contrario a lo observado en el maíz. Por un lado, los elevados márgenes económicos que ha tenido este cultivo han mantenido los “rendimientos de indiferencia” bajos, lo que ha posibilitado incrementar la superficie sembrada en la Cuenca del Salado, aunque sobre suelos de menor calidad, con una consecuente caída en los rendimientos promedio”.
Por Alejandro Besana, Semanario Infocampo
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