Mocorito, Sinaloa. – Una vez más y por séptima ocasión, en marco del Día del Compositor, el Ayuntamiento de Mocorito a través del Instituto Municipal de Cultura, llevaron a cabo un importante evento para reconocer y homenajear el talento de los compositores mocoritenses. Siendo en esta ocasión de manera póstumo, al profesor, músico, arreglista y compositor, Armando Rubio Gutiérrez.
Por tal motivo, la alcaldesa María Elizalde Ruelas consideró que las aportaciones musicales de Armando Rubio Gutiérrez, son indudablemente un legado que orgullosamente enaltecen a los mocoritenses, ya que esta tierra fue la inspiración y las bases donde logró fortalecer ese gran y admirable talento músical.
Y en ese sentido, para esta edición, como administración municipal consideraron que en Mocorito, el arte musical es parte inherente de sus raíces, tradiciones y costumbres, gestando grandes compositores que trascienden fronteras con sus letras, convirtiéndose en dignos representantes del municipio. Es por ello que, Armando Rubio en vida tuvo los méritos suficientes y de sobra, al haber sido parte crucial en la música de banda con sus aportes al folclore sinaloense y nacional, dejando una valiosa herencia musical para la humanidad.
Entre sus composiciones destacan las populares melodías como La Campesina y Los Mayeles, así como una larga lista en las que mencionaron: El Cacahuatero, Vals Emigdia y alegres huapangos, entre muchas aportaciones más que aunadas a otros importantes logros como trompetista de la Banda Hermanos Rubio, para la cual fue clave y uno de los responsables para llevarla a la televisión nacional al acompañar artistas como Lola Beltrán y a los hermanos Almada en la pantalla grande al aparecer dicha banda en una de sus películas.
Pero además de todo, resaltaron otras acciones admirables, ya que compartió su talento como profesor de música por más de 30 años formando numerosas generaciones de músicos.
Cabe mencionar que, al ser un homenaje póstumo, fue su esposa María Nabor López Zamorano quien recibió el reconocimiento, misma que estuvo acompañada por sus hijas: Sonia Rubio López y Liliana Rubio López, así como Abel Rubio Gutiérrez, hermano del homenajeado.
De igual manera, durante el evento, la titular del Instituto Municipal de Cultura, Yesenia Peña Ramírez dio lectura a la siguiente semblanza de vida:
Armando Rubio Gutiérrez nació un 30 de agosto de 1951, desde niño se inclinó por la trompeta, pues su hermano José Luis tocaba ese instrumento y en sus ratos libres la tomaba para ir agarrando embocadura.
Sus padres fueron Ismael y Adolfina, quienes le inculcaron grandes valores como la humildad, honradez, la justicia y el respeto.
Fue el séptimo de nueve hijos, en su niñez al igual que todos ellos, escucharon con frecuencia crónicas e historias que su padre narraba.
Armando Rubio Gutiérrez perteneció orgullosamente a la generación de la dinastía musical de Los Hermanos Rubio.
Estudió la primaria en la centenaria Escuela Licenciado Benito Juárez. A los 11 años siendo alumno de quinto grado asume el cargo de capitán de la banda de guerra, posteriormente ingresa a la secundaria Lic. Eustaquio Buelna, y ahí también durante tres años consecutivos dirige la banda de guerra.
A los 13 años formaba parte de la Banda Hermanos Rubio, ya ganaba dinero, recursos que compartía con sus padres y hermanos.
Fue un hombre arraigado al paisaje de esta tierra, era un hijo soñador que desde su niñez visualizó su destino y profesión. El joven músico por origen de sangre, con amor y gran pasión, se fue por los caminos de las corcheas del compás y de la armonía.
Pero no sólo se dedicó al oficio de la música, también se formó profesionalmente, como parte de la primera generación fundadora de la Preparatoria Gral. Lázaro Cárdenas.
Y no quedando en el conformismo, se trasladó a la capital del país ingresando al Instituto Nacional de Bellas Artes, logrando obtener su certificado de Maestro de Educación Musical.
Después de 17 años de haber ingresado en la Banda Hermanos Rubio, se convirtió en el director musical para tener el alto honor de sustituir al fundador de la misma, su tio José Rubio Quiñónez, quien se sentía enfermo, cansado y su gran preocupación era que no desapareciera la dinastía de los Hermanos Rubio.
De esta manera, en su trayectoria, tuvo los siguientes méritos como director musical y primer trompetista, llevó la banda al canal de las Estrellas de Televisa, acompañando con su música a Lola Beltrán, Lola la Grande, en la Ciudad de México.
También tuvo participación en la pelicula “Muerte en Tijuana” producción de los Hermanos Almada.
Aunado a su trayectoria musical, Armando tiene el gran mérito de haber formado y encuzado a muchos adolescentes y jóvenes por los caminos de la música y además forjó a tres grandes músicos que son sus hijos, Armando (Trompetista), Óscar (Clarinetista) y Eduardo (Trompetista) los cuales representan a la cuarta generación.
Y como si fuera poco, el galardonado póstumo, incursionó con éxito en el mundo de la composición y destacar con: Himno a Eustaquio Buelna, Corrido Rafael Buelna Tenorio, La Campesina, El Cacahuatero, El Chiquilín, El Ancas Blancas, Los Mayeles, El Generoso de San Benito, El Corrido de Pastor Álvarez, Los Corridos de Miguel y Juan Diaz, Vals Emigdia, El Son de Jorge y El Chayín (huapango).
A lo largo de su trayectoria como músico y maestro recibió premios y reconocimientos, destacando el obtenido en el año 2000 como primer lugar en el concurso del Himno Nacional Mexicano.
Asimismo, en el año del 2016, dentro del marco de los festejos del 422 aniversario del municipio de Mocorito, recibió un merecido reconocimiento por su composición del Himno a Eustaquio Buelna, con lo cual hizo contribución al patrimonio cultural del municipio.
Así, cumpliendo con su destino, partió de esta vida en agosto del 2020 y el dia de hoy, en el merecimiento por su trayectoria en el mundo de las letras y la música, por sus obras compuestas; en la presente administración, se tiene a bien, reconocerle a través de su familia el legado que a los mocoritenses ha dejado y el aporte hecho al folclore de la música sinaloense.