Definitivamente, Morena, al postergar por segunda ocasión el nombramiento oficial de quién será su abanderado al gobierno del estado de Sinaloa e ir por una tercera: le mete sumo interés y más sabor al tema.
A partir de ahí, un mar de especulaciones se han hecho de acuerdo al aplazado suceso, de manera tal, que según ellos, una vez sacando de la jugada al más fuerte aspirante; todas las hipótesis empiezan a sonar coherentes.
Incluso, se ha dado una redefinición y re-ingeniería de todos los posibles proyectos habidos y por haber. La estrategia morenista ha pegando justo en el blanco. Más temprano que tarde, las aguas del río, empezarán a tomar su cause.
Como se ha señalado
en éste mismo espacio en anteriores aportaciones, la firmeza y contundencia del proyecto más viable y consolidado hoy, por hoy, para un mejor Sinaloa está más estable que nunca. Dicho más claro: la inminente transformación del estado y la reconstrucción política sinaloense está en marcha.
Para darle mayor argumentación al tema, solo basta traer a nosotros de entre los más metódicos cánones políticos –no escritos– el siguiente dato: «las posiciones políticas visiblemente seguras y de adjudicación directa, no siempre son bien vistas por la sociedad y los electores pueden castigarlas con el voto».
Para abundar un poco más, hablar de la historia infinita de luchas, así como de movimientos sociales de izquierda en los que ha participado el doctor Rubén Rocha Moya, se remonta de manera indiscutible a muchos años atrás.
Estaríamos hablando en la ahora lejana década de los años sesentas del siglo pasado, cuando el entonces jovencito, originario del característico pueblo de Batequitas, Badiraguato, mostraba desde entonces una clara visión por la defensa de los derechos de la ciudadanía con mayor acentuación hacia las comunidades rurales, procedencia de su origen, pero siempre con un enfoque hacia el bienestar común.
El hoy senador de la República, y presidente de la Comisión de Educación de la Cámara alta, ha sido también dos veces candidato a gobernador: la primera en
1986 por la alianza de izquierda, Movimiento Popular Sinaloense (MPS).
La segunda, en el año 1998, particularmente distintiva, por ir a lado del actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cuando éste último, fungía como presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y que lograron la candidatura común entre los partidos; PRD, PVEM y PT.
Asimismo, destaca que en la segunda épica y referida batalla se obtuvo el 19 por ciento de la votación total, ubicándolo en el tercer lugar de posiciones por el estado, y a su vez, como el registro más alto en votación a la gubernatura sinaloense por un movimiento encabezado por la izquierda.
La figura política y social que en nuestro presente, colocan al legislador federal como el referente «número uno» en la sucesión Sinaloa 2021, y más allá, como próximo gobernador del estado, da para mucho más.
Así que, a nadie extrañe el vasto reconocimiento popular del que goza el político, académico y también escritor, amén de sus dotes de excelente liderazgo de los diferentes grupos.
Finamente, la tercera conferencia y anuncio del CEN de Morena para Sinaloa, y la tercera contienda a la gubernatura de Rubén Rocha Moya, será sin lugar a dudas; la vencida.
Entonces, llueva, truene o relampaguee, incluso contra viendo y marea: así será.
Al tiempo.
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