De no ser por la llegada de la pandemia del #coronavirus en México en este 2020, los emblemáticos y más tradicionales partidos en el territorio azteca, a éstas alturas estarían en un segundo momento dentro de los trabajos de su refundación o lanzamiento; que gracias a la contingencia: aún respiran dando signos de vida aunque solo pendan de un hilo.
La historia los alcanza a cada uno de estos institutos, y el presente; prácticamente los aniquila.
Al Partido de la Revolución Democrática (PRD), ni lo contamos para el caso, en función de que les lleva años de ventaja al PRI y al PAN en la línea mortuoria, que de no ser por las alianzas y coaliciones que logran en cada proceso, estuvieran completamente desaparecidos. Opción, dejaron de serlo hace años.
La preocupación ha sido muy grande en los grupos de poder que han patrocinado y ungen liderazgos tanto en el PRI como en el PAN, después del levantamiento y despertar de un pueblo lleno de resentimientos entre coraje y rencor, y desde luego, un muy marcado hartazgo por tanta corrupción y mentira.
Asimismo, cierto es, que si de manera sería y concienzuda se hace una valoración por indicadores de la actual administración del presidente, Andrés Manuel López Obrador, seguramente no sale bien librado, pero de eso, a que la sociedad aclame el posible regreso del PAN y del PRI está muy, pero muy lejos.
Menos de que exista tal fuerza para tumbarlo tan fácilmente.
La clase política de estos institutos limitados hoy de calidad moral, y que, en su gran mayoría experimentan en esencia un alto nivel frustración por estar carentes de poder –situación de la que no se dan cuenta– y que hoy se pretenden vender como la salvación del país, siendo que su aura y figura de falsos redentores los delata.
Su ceguera es tal, que no les permite percatarse que en nada han cambiado, que tampoco ofrecen nada nuevo, mucho menos que sea atractivo para que el electorado decida cambiar su futuro para volver al pasado. El presente, les guste o no, se tendrán que aguantar.
Los pronósticos así lo indican, que a poco menos de un año de las elecciones de 2021 en México, López obrador los tiene en sus manos. De manera tal que; advertimos que quienes quieran encarnarse en su oposición desde los referidos partidos, mientras no cambien la dinámica y retórica que hoy venden, seguirán completamente pedidos, a razón de que las ‘joyas de su corona’, el presidente López las tiene en sus manos, mismas que tienen nombre y son de carne y hueso; uno es Emilio Lozoya Austin, el otro; Genaro García Luna.
Así que, con estos dos personajes el presidente y la corriente lopezobradorista, aunque no tengan asegurada la mayoría legislativa en san Lázaro para la segunda mitad de la 4t, sí tienen las armas; para exterminar totalmente a su oposición representada en el PRI y PAN. ¿O no?
Por si esto fuera poco, déjenme decirles que López Obrador tiene sumados a su proyecto a la mayoría de los nuevos partidos –de reciente creación– así como los que no lo lograron su registro, pero que representan grupos fuertes al interior de país, tales como: Grupo Social Promotor por México (antes PANAL regresa); RSP; Encuentro Solidario (antes PES regresa); el grupo o partido de Pedro Haces Barba con la fuerza del CATEM. A estos habría que sumarles los conocidos como: PT, PVEM y por supuesto, MORENA. Dentro de los nuevos solo se exceptúa el partido México Libre, de Felipe Calderón.
En contra de AMLO solo estarían: PAN, PRI, PRD, Movimiento Ciudadano (por definir) y Mexico Libre. Y los más seguro es que vayan divididos.
Entonces, no perdamos de vista estos importantísimos datos para hacer nuestra valoración con relación a la elección del 2021; que si la numérica en sumatoria no fallan y aunado a ello tantos escándalos que envuelven a su oposición: el presidente López Obrador; podría pulverizar a sus contras en las elecciones del año que entra.
Pendientes.-
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