Jalisco se ha convertido en un cementerio clandestino. En el municipio de Tepatitlán de Morelos, fueron localizados fragmentos óseos y más de 3,000 casquillos percutidos.
El hallazgo ocurrió mientras elementos de la Guardia Nacional realizaban un recorrido de vigilancia en las inmediaciones de un rancho ubicado en el poblado de San José García, donde se localizaba en el interior un vehículo con diversos impactos de arma de fuego.
Tras los hechos, los efectivos solicitaron una orden de cateo para inspeccionar el sitio. Una vez cumplimentada la diligencia, en el inmueble se aseguraron más de 3,000 casquillos, un cargado, diversos restos óseos y un vehículo.
Lo asegurado quedó a disposición del Ministerio Público Federal que continúa con la carpeta de investigación en contra de quien o quienes resulten responsables hasta resolver conforme a derecho corresponda.
El municipio de Tepatitlán de Morelos, localizado en la región Altos Sur en Jalisco, es una comunidad de avicultores acomodados. Acusaciones de la corte federal de Los Ángeles retratan a la zona como una de las más extensas para el lavado de dinero.
En la ciudad, a sólo una hora de Guadalajara, capital de Jalisco, varias instituciones bancarias han sido enredadas con el blanqueamiento de recursos para los cárteles de la droga.
Al inicio de la contingencia santinaria en marzo, el estado de Jalisco contó 245 homicidios, superando a enero, con 227 asinatos y febrero con 195.
Lo mismo ocurrió con los asesinatos con arma de fuego, que en marzo fueron 101, en febrero 79 y en enero 95. En cuanto lesiones, la tendencia es también a la alza, pues en enero se contaron 883 delitos y aunque en febrero bajó a 844, en marzo se volvió a incrementar a 911.
Los feminicidios aumentaron. En enero hubo dos casos, en febrero tres y en marzo cinco. El abuso sexual se incrementó de 18 en enero, a 26 en febrero y 31 en marzo. La violación tuvo 27 casos en enero, 38 en febrero y 37 en marzo.
Para el analista en seguridad, Ricardo Márquez Blas, existen dos factores que continúan impactando profundamente en el aumento de la violencia en México.
“Las instituciones de seguridad pública mexicanas, al menos durante la última década, existe una tendencia sigilosa pero clara hacia una retirada funcional frente a la criminalidad, particularmente frente al crimen organizado.
Este retiro funcional representa un factor importante para explicar los niveles muy altos de violencia en México”, escribió en su artículo Violencia criminal en México: entre los sigilosos y los no deseados.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, durante el periodo de 2010 a 2018, el número total de delitos que ocurrieron aumentó 42.8 por ciento, mientras que la participación policíaca solo lo hizo en un 9.5 por ciento.