Madrid. El presidente de España, Mariano Rajoy, pidió hoy perdón a los ciudadanos por los escándalos de corrupción que prácticamente a diario se conocen en el país y dijo entender el hartazgo de los españoles. Por eso, prometió “limpieza en la vida pública”, mientras desde la bancada de la oposición en el Senado le gritaron “dimisión, dimisión”.
Rajoy aprovechó la primera pregunta de control al gobierno en el Senado para leer un comunicado sobre los “asuntos de corrupción destapados en los últimos días”, el último la macrorredada de corrupción autonómica y municipal que dejó un saldo de 51 detenidos, entre ellos el exvicepresidente de la Comunidad de Madrid y el gobernante Partido Popular (PP) madrileño, Francisco Granados.
El presidente se justificó señalando que el Comité de Derechos y Garantías del PP ya suspendió de militancia a los miembros de su partido vinculados con esa red corrupta y adelantó que serán expulsados si se confirman las imputaciones.
Al tomar la palabra, Rajoy aseguró que lamentaba“profundamente” la situación creada, dijo entender y compartir la “indignación” de los ciudadanos ante la “acumulación” de casos de corrupción.
“No solo comprendo el enfado perfectamente justificado de los ciudadanos, sino que comparto su indignación y su hartazgo. Estas conductas resultan particularmente hirientes cuando los españoles han tenido que afrontar tantos sacrificios y hacer tantos esfuerzos para sacar al país de la crisis”, indicó.
Enseguida pidió perdón a los ciudadanos por haber confiado en esas personas para desempeñar puestos de responsabilidad. “En nombre del PP, quiero pedir disculpas a todos los españoles por haber situado en puestos de los que no eran dignos a quienes en apariencia han abusado de ellos”, añadió.
Rajoy admitió que los casos de corrupción que se están destapando están extendiendo una “sombra de sospecha” sobre toda la clase política, pero subrayó que esa “mancha ensucia injustamente la imagen y la reputación de la mayoría” de los políticos de todos los partidos que “están en la política para servir a los demás y no para servirse.
Agregó que como presidente no solo debía “condenar” estos hechos sino además “actuar para impedirlos”. Y en ese contexto, recordó algunas reformas que ya aprobó su Ejecutivo, como endurecer las penas por corrupción, prohibir las donaciones de empresas a los partidos o que los bancos puedan personar las deudas las formaciones políticas.
“Yo pido a todos que confíen en ese Estado de Derecho y que estén seguros de que nuestro compromiso con la limpieza de la vida pública es total”, afirmó mientras desde la bancada socialista se gritaba “dimisión”, “dimisión”.
En tanto que la portavoz del Grupo Socialista en el Senado, María Victoria Chivite, le recriminó que no acepte acudir al Congreso para hablar sobre corrupción como solicitó su partido.
“Den explicaciones sobre la financiación B de su partido y de explicaciones de cuantos altos dirigentes de su partido van a volver a desfilar por la justicia teniendo cuentas en Suiza. Eso es lo que usted debe explicar en el Congreso de los Diputados”, espetó la dirigente socialista a Rajoy.
Editorial crítica de La Razón
Los casos de corrupción que prácticamente se conocen a diario en España, y que la mayoría involucra a políticos del gobernante Partido Popular (PP), es un problema que se ha hecho sistémico en el país, según el diario La Razón, que publicó ayer una de las editoriales más críticas contra el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Todo esto a propósito de la operación contra ayuntamientos de Madrid, León, Valencia y Murcia, que se saldó con la detención de 51 personas, entre ellos el expresidente de la Comunidad de Madrid y exsecretario general del PP madrileño, Francisco Granados.
“La opinión pública que hace tiempo que ha perdido su capacidad de asombro y que empieza a considerar que el problema de la corrupción se ha hecho sistémico, contamina a toda la clase política y contra la que los ciudadanos están indefensos. Una percepción que si bien no responde a la realidad, puesto que los mismos hechos de ayer demuestran el buen funcionamiento de las instituciones del Estado, sí extiende una visión desmoralizadora de nuestra democracia, al tiempo que socava la confianza de la ciudadanía en el sistema de partidos, que articula la representación política tal y como establece la Constitución”, escribió el periódico que se caracteriza por su afinidad al gobierno.
Advirtió que el hartazgo social podría pasar factura a los principales partidos, especialmente al PP, en las próximas elecciones autonómicas y municipales, que se realizarán en mayo del 2015.
“Es una amenaza que ya se perfila en el próximo horizonte electoral español y que tiene cercanos precedentes en democracias avanzadas como la francesa, la británica o la italiana. Sin pretender minimizar ni un ápice la gravedad de la corrupción que afecta al ámbito público español, con casos especialmente graves como el de los ERE (Expedientes de Regulación de Empleo) de Andalucía, la trama Gürtel o el entramado societario de la familia Pujol”.
Y subrayó, además, la lentitud de la aplicación de la justicia en el país, que “se demora años en complejos macroprocesos en los que se hace imposible distinguir con equidad comportamientos individuales, como por la actitud de las distintas formaciones políticas implicadas que, lejos de unirse en una batalla por la ética y la transparencia, han utilizado la corrupción que afecta a los otros como arma arrojadiza en la pugna partidaria”.
Milenio/José Antonio López